Suele pasar que cuando alguien te necesita para un favor, te trata como de la familia… y cuando consigue lo que quería, ya ni te saluda o te deja en visto los mensajes. Lamentablemente, así pasa con algunos políticos en campaña, quienes prometen bajar el sol, la luna y las estrellas, pero cuando asumen el cargo, se les olvida que fue el voto de la gente lo que los llevó ahí, ya sabe usted, “prometer y prometer hasta… Y una vez metido se olvida lo prometido”.
Aparentemente es lo que está pasando en Mexicaltzingo, donde se rumora que la alcaldesa Saray Benítez ya se trepó al tabique, al grade de haberse mareado y no hay poder humano que la baje, pues dicen, apenas iniciada su administración, ni el teléfono del ayuntamiento responden, bueno, con decirle que ni siquiera brindan en redes sociales este dato para que la ciudadanía se pueda comunicar, ¿Dónde quedó la promesa de gobierno cercano?
Ya muchas personas en el municipio dan muestras de inconformidad ante esta situación, pues han reportado sobre diversas problemáticas y no han sido atendidos por las autoridades, principalmente los enormes baches en las calles y coladeras abiertas.
Tal es el caso de las rejas de la coladera que se encuentra enfrente de la Deportiva municipal, las cuales se encuentran rotas y representan un peligro para peatones, ciclistas y autos, además de que la basura tiene libre acceso, lo que está generando que se acumule en el interior y podría generar inundaciones en el área cuando comience la temporada de lluvias.
Queda claro que la alcaldesa ya no es la misma que en campaña, donde mostraba su mejor cara, donde era un sinónimo de humildad y empatía, pero que ahora se le ha olvidado que un presidente municipal está ahí para servir a la población y para ello es necesario tener el tacto, la sensibilidad y los oídos bien atentos a lo que la gente necesita, a fin de cuentas fue la propia ciudadanía la que la puso donde hoy está; ni qué decir de sus mismos allegados, pues como dice la sabiduría popular: “si en la política quieres jugar, debes aprender a no patear”.
Osvaldo García