¿Dignidad?

Dignidad es lo que les falta a muchos políticos que, en son de llegar al poder atropellan los derechos más sensibles de los ciudadanos.

Recordará usted, las pasadas y frescas campañas electorales para elegir a los presidentes municipales que se llevaron a cabo el pasado 6 de junio de 2021; en las que, para que la ciudadanía de Tianguistenco pudiera decidir a quién le daba el voto, muchos se basaron en una pregunta clave hacia los entonces candidatos; ¿Permitirá que el tianguis de los martes permanezca en el centro de la cabecera municipal o lo reubicará en otra zona? Cuestionamiento que ningún candidato quería responder de forma concisa; dando largas y saliéndose por la tangente del tema.

Qué difícil entender a estos personajes, sobre todo a los que, una vez que obtuvieron el triunfo entraron a la administración municipal encabezada por nuestro “Niño Maravilla”, Diego Moreno Valle; servidor público con aparentes prácticas políticamente correctas en las que aplica el “para ser hay que parecer”, es decir, si usted quisiera ser alcalde de su municipio como Moreno Valle, vístase, arréglese y párese como si ya lo fuera; para que la gente que se le acerque se vaya con la finta de ser una persona educada, de principios morales inquebrantables; aunque después de rascarle la carcasa de oro al querubín, saque el cobre.

En este sentido y haciendo uso de su aparente buena moral y finos modales; una de las artimañas usadas por el “Niño Maravilla” fue “dorarle la píldora” al ciudadano, ya que se rumora, uno de los argumentos que le valieron cabalgar en caballo de hacienda hacia la presidencia municipal, fue el de decirle a la gente lo que querían escuchar: es decir, a los afectados de la cabecera municipal les decía que el tianguis se quedaría en otra zona mientras que a tianguistas les prometía regresar al centro.

Cabe destacar que, durante la administración pasada, el entonces edil no permitió que el tianguis de los martes se colocara por cuestiones de pandemia, por lo que la ciudadanía de la zona supo lo que era vivir con dignidad, paz y tranquilidad; sin tener que sacar sus autos de madrugada por la invasión que sufrían en las entradas de sus cocheras, sin los robos y demás delitos a plena luz del día, sin sus calles llenas de basura y sin el olor de sus banquetas orinadas. Tiempo después los reubicó en el rancho Las Tablas.

Y aunque parezca imposible, usted podrá entender la situación de una manera muy sencilla; resulta que, a cada uno de los puestos que se instalan en dicho tianguis, se les cobra una cuota a cambio de darles un espacio para vender sus productos, es decir que si usted se cae con su lanita, puede pasar por encima de los derechos civiles y humanos de la ciudadanía; ¡Ejemplar manera de administrar al municipio!, que por cierto, corren los rumores de que los esbirros de este Mirrey tianguistencano, acuden a recaudar el dinero de estos cobros que aparentemente representan la caja chica personal de alcalde, sin siquiera tener un correcto control de boletaje.

No cabe duda de que personajes como “El niño maravilla”, en realidad no saben lo que es padecer por estas situaciones, ya que, viviendo en zonas exclusivas, en residenciales con puertas cerradas como Jardines de Santiago, los deja fuera de la empatía para con su gente; ¿Qué pasaría si se invirtieran los papeles y Diego Moreno viviera en uno de los hogares afectados?

Es una tristeza que nuestro flamante “Niño Maravilla”, buscó tanto tiempo el hueso para que ahora ya no sepa qué hacer con él, mientras a escasos 2 meses de gobierno, Tianguistenco sea sinónimo de ingobernabilidad; ni qué decir del incremento en la inseguridad y de la avaricia con la que presuntamente se conducen las autoridades municipales, pero esa historia se la contamos en una próxima entrega.

 

Ariz Vega

 

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