EL AEROPUERTO FELIPE ÁNGELES, UNA DERROTA A LA OPOSICIÓN NEOLIBERAL

Por Ildefonso Peña Díaz

El 21 de marzo de cada año se celebra el natalicio de uno de los personajes más emblemáticos de nuestro país, estadista de ideas liberales y mexicano de amplitud universal, el Lic. Benito Pablo Juárez García, quien entre sus frases famosas acuñara aquella que dice “el triunfo de la reacción es moralmente imposible”, y esto es verdad, fecha simbólica para inaugurar una de las obras más emblemáticas del gobierno de México, encabezado por el Lic. Andrés Manuel López Obrador, me refiero al Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), que por cierto, lleva el nombre de uno de los generales más queridos, cultos, benevolentes y  de mayor prestigio en el ejército en el periodo revolucionario. El día de hoy se ha inaugurado este puerto aéreo internacional, que para algunos no cumple con las expectativas de un Hub Logístico, como ocurre con Panamá, Toronto, Santiago de Chile, Chicago, Nueva York o Los Ángeles, sin embargo, las operaciones ya comenzaron y estoy seguro que al cabo de unos cuantos años se convertirá en una red de suministro a nivel mundial; es importante recordar que fue construido en tiempo record, con el símbolo de la austeridad republicana, después de haber cancelado el faraónico NAIM, y fue edificado esencialmente por mano de obra mexicana y siendo coordinados todos los trabajos por Ingenieros militares de la Secretaría de la Defensa Nacional. Esta obra representa sin lugar a dudas el inicio de la derrota definitiva de los gobiernos neoliberales, así como la extirpación de la corrupción y la impunidad en el gobierno de México. Además, significa la apertura del triunfo de la Cuarta Transformación nacional, a pesar de los malinchistas, los miserables y de los ignorantes que seguirán pensando que el fallido NAIM, la mísera estela de luz, la deshonesta barda de Tula y todo lo extranjero o lo importado, es mejor.

Asistimos a un evento de gran importancia y de un significado muy especial, porque con él, la SEDENA, es decir el Ejército de nuestro país, da una muestra de su talento como generador del desarrollo económico de México, rescatando hoy, su prestigio como una institución benévola, más que como brazo destructivo y represor del gobierno, como desgraciadamente lo fue con Fox, Calderón o Peña Nieto, y resulta aún más significativo, porque indudablemente la cabeza del gobierno, influye de manera decisiva en todos los demás órdenes gubernamentales; es decir, que si el presidente de la república es corrupto, lo mismo se puede esperar de los secretarios de estado, gobernadores, senadores, diputados y presidentes municipales; pero si el presidente resulta honrado, probo, culto y trabajador, hacia allá comenzarán a apuntarse los destinos de la patria y por tanto, de los propios ciudadanos. Reconozco la labor del ejército y su lealtad hacia el presidente de México. Presidente glorioso, ejército glorioso.

Esto me lleva a recordar a don Luis de Zulueta, en su texto “Ama y haz lo que quieras”, cuando cita un viejo cuento ruso de León Tolstoi, “… una vieja mujer deja a su hijo pequeño encargado de encender la lumbre. El niño busca la leña, la amontona, la enciende, pero solo produce humareda que inunda la habitación, coloca los troncos en forma de pirámide y nada solo humo, ensaya de nuevo y resulta peor, no hay fuego. Al fin retorna la madre ¿Qué haces criatura?… madre he probado todas las formas posibles…, sí, pero lo has intentado con leña verde y la leña verde no arde póngasla como la pongas, trae leña seca y como la acomodes, arderá. Y así es, efectivamente, la leña verde no arde, con leña verde, con hombres de corazón injusto, por más que cambiemos las leyes y las instituciones políticas, por más que innovemos la estructura social, no llegaremos a instaurar nunca un régimen de justicia. Con almas de esclavo, leña verde, jamás conseguiremos encender la hoguera de la libertad. Lo primero es crear esa corriente vital de honradez y justicia. Ama y haz lo que quieras porque entonces solo querrás hacer lo mejor posible”.

Desde hoy puedo vaticinar que el presidente Obrador, pasará a la historia como un buen gobernante, porque aunado a sus dotes de estadista, su ideas adelantadas a su tiempo, su conocimiento de la historia universal y la historia de México, su profundo amor por su país, su imperturbabilidad ante los medios de comunicación, su incansable andar por todos los rincones de la patria, su energía vital para trabajar desde muy temprano todos los días del año, su autoría de 19 libros y su certeza sobre lo que hace día con día, a pesar de la diatriba, y la descalificación de sus adversarios, son signos inequívocos de su talento y de su talante como gobernante.

Hidalgo, el padre de la patria fue excomulgado por el clero retardatario, su cabeza junto a la de Allende y Jiménez fue cercenada y colgada en una esquina de la Alhóndiga de Granaditas y más aún, él sabía que no viviría para contemplar el resultado de su obra y aun así inició la primera transformación de nuestro país. Juárez, el transformador, llevó a México a lograr su soberanía legislativa y se trasmutó en el primer indio en alcanzar la presidencia de México para terror del clero y los conservadores, su premio fue la crítica absurda y el racismo sobre su persona. Los hermanos Flores Magón, ideólogos de la revolución mexicana, tuvieron como galardón a la muerte despiadada; Madero recibió como homenaje el asesinato y la traición, Villa y Zapata eran menos que salteadores y robavacas, a quienes el gobierno de EEUU, había puesto recompensa a su captura y hoy todos ellos, llenan las páginas de la historia nacional como héroes epónimos de México.

Obrador sabe que tampoco vivirá para contemplar el resultado de su obra, pero tiene la certeza que algún día los libros de historia abrigarán su nombre en una de sus páginas más gloriosas, porque aún la historia cruel y despiadada, siempre tendrá un lugar privilegiado en su seno, para sus mejores hijos o aquellos que han aportado su mejor esfuerzo.

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