En febrero pasado, el ayuntamiento de Tenango del Valle publicó el Presupuesto de Egresos para el ejercicio fiscal 2022, donde se muestra una vez más la ambición con que se manejan los llamados “Padrinos mágicos”, que nuevamente hacen de las suyas a costa de los tenanguenses y el dinero público.
Esto porque destaca el notable aumento en el rubro de “servicios personales”, que es básicamente la nómina de que dispondrá el ayuntamiento, pues de lo ejercido en 2021 a lo presupuestado para este año, hay un incremento de casi 20 millones de pesos para pagar sueldos. Pasó de gastarse 126 millones 299 mil 28 pesos el años pasado a presupuestarse para este ejercicio fiscal la cantidad de 143 millones 238 mil 395 pesos, lo que representa un aumento exacto de 16 millones 937 mil 367 pesos.
Pensará el lector que así como aumenta este gasto, así también habrá un aumento en otros ámbitos, porque tendrá más dinero el ayuntamiento. Pero resulta que no es proporcional este gasto en nóminas respecto a, por ejemplo, inversión pública, donde apenas aumenta poco más de 4 millones de pesos, mientras que en el rubro de “transferencias, asignaciones, subsidios y otras ayudas” disminuye 5 millones 284 mil 352 pesos respecto al año pasado.
Todo ello, habiendo presupuestado un aumento en el rubro de “ley de ingresos” de casi 15 millones de pesos, lo que nos muestra que a pesar de estar presupuestado una mayor cantidad de ingresos para este año, este aumento no alcanza a cubrir lo que se va a “gasto personales”, o sea, lo que van a cobrar por hacer su trabajo.
No hay duda de que este trienio le saldrá caro a los tenanguenses mantener a los funcionarios que se supone trabajan a favor de la propia gente. Al parecer es otro truco de los “padrinos” Roberto Bautista y su esposa Nallely Zotea, que en su supuesta “Nueva Realidad”, no están haciendo más que repitir las viejas prácticas de la burocracia municipal, engordando los servicios personales en detrimento de ámbitos más importantes, pues aumentar casi 20 millones más en nóminas y no hacer lo propio en inversión pública es una burla para quienes los eligieron, pensando que habría un cambio y resulta que más parece un retroceso.
Osvaldo García
