La feria del mariachi es un evento que a través de los años se ha consolidado en el interés de los calimayenses y de muchas otras partes del estado. Es así como cada edición de este festival genera grandes expectativas entre la gente y es una gran plataforma para que los mariachis se den conocer. Sin embargo, esta tradicional gala de música no siempre es correspondida con la atención y seriedad debida por el gobierno en turno, que es el encargado de su organización.
En esta ocasión, el gobierno de Óscar Hernández Meza, conocido también entre la gente como el «Capulina», encargó esta tarea principalmente al primer regidor, quien sería el presunto encargado de manejar los dineros y los tratos en la contratación de los mariachis. Según testimonios de personas que tienen su mariachi en el municipio, el mencionado regidor incumplió con acuerdos a los que se había llegado en reunión con representantes de los mariachis, al haber acordado el pago por hora de las presentaciones, y esto según el precio que maneja cada agrupación.
Sin embargo, luego resultó que se daría un pago por toda la participación en la feria, en la cual podía incluir varias presentaciones, sumando de 3 a 4 o más horas del trabajo de los músicos por la misma remuneración, presuntamente el regidor en cuestión que porque no había presupuesto. Razón por la cual varias agrupaciones desistieron de participar en la feria, sobre todo ante la falta de seriedad del gobierno, el aparente incumplimiento de acuerdos y la preferencia por grupos de fuera.
En este último aspecto, se comenta que hay un descontento en varias agrupaciones locales, ya que presuntamente se les dio preferencia a mariachis que no son de la entidad, mientras que a los de Calimaya, se les regateó el costo de su presentación y otras condiciones. Esto explica que, de todos los participantes, la diferencia sea destacable, sobre todo porque en su mayoría son foráneos. Aunque la feria ahora se hace llamar «internacional», con la intención de atraer más gente y mariachis renombrados de toda la República, no por ello hay que olvidar que esta feria es también un homenaje a la tradición musical del municipio y es apoyo para los músicos, que fue una de las profesiones que más padeció la falta de ingresos durante la pandemia.
Ahora que todo ha mejorado en cuestión de salud, hubiera sido propicio que esta feria del mariachi hubiera tratado como se merecen a sus músicos locales y que, si no había presupuesto suficiente para pagar los que se había acordado, se hubiera hablado desde el comienzo. Pero, a decir de los afectados, la franqueza, la honestidad y la transparencia no es algo que distinga a los gobiernos de Hernández Meza, y una vez más, empaña lo que debía ser una fiesta de todos los calimayenses.
Osvaldo García