Después de las muy criticadas elecciones internas de Morena, donde el llamado “Padrino Mágico” de Tenango del Valle, Roberto Bautista Arellano, presumió haber obtenido el cargo de consejero por el distrito 5, salta a la vista que este presidente municipal ande siempre muy ocupado en, aparentemente, ver cómo le hace para no soltar el hueso y asegurándose de tener varios ases bajo la manga.
Pues ahora el “Chalán VIP” anda muy metido con Morena, dejándose ver con el director de Aduanas Federal, Horacio Duarte Olivares, quien es todavía una de las “corcholatas” que compite por la candidatura de su partido para las elecciones a gobernador del Estado de México. Pero al parecer, Bautista Arellano no quiso poner todos los huevos en una sola canasta, pues hay que recordar su “coqueteo” con otro que anda fuerte por la gobernatura, nada más que por otro partido, el de Acción Nacional, Enrique Vargas; incluso diciendo que este “Padrino Mágico” hasta el rancho del panista ha ido a dar para una que otra convivencia.
Aquí cabe citar el adagio popular de que “el que a dos amos sirve, con alguno queda mal”, pues de no ser elegido Duarte Olivares como candidato, muy probablemente el “chapulín mágico” Roberto Bautista podría incluso darle la espalda al o la designado (a) y cambiar de colores (otra vez) con tal de juntarse con quien más lo beneficie en la contienda del 2023.
Y es que, si se trata de “chapulinear”, Bautista ya tiene bastante experiencia, pues este paladín de la política municipal ha pasado por las filas del PRI, de Movimiento Ciudadano, PT y ahora de Morena; ya nada más le falta el PAN y e PRD, aunque con uno ya se le vio haciendo ojitos.
¿Qué dice de un político el hecho de que lo mismo se retrate con un líder de partido y luego con otro que es adversario? A lo mejor eso es normal cuando se trata de una chiquilla coqueta y ojo alegre, pero siendo un político, levanta muchas suspicacias y pone en tela de juicio la honorabilidad de una figura pública que primeramente se debe al pueblo y al partido en el que milita, ya que, usted ha de recordar que incluso algunos miembros de su equipo de “trabajo”, dejaron su “suscripción” al comité del Revolucionario Institucional para seguirlo en su candidatura de la alianza PT-Morena, lo que por cierto le valió el triunfo en la municipalidad.
Con razón muchos morenistas se quejan de que, en las elecciones para consejeros distritales del pasado domingo, presuntamente se les colaron muchos arribistas venidos de otros partidos, que con gran cantidad de acarreados lograron posicionarse mejor que otros que han estado en el partido por más tiempo. Incluso algunos líderes locales de Morena señalaron que de los 450 votos que obtuvo Bautista, muchos fueron acarreados del propio Ayuntamiento y que no militan como morenistas ¿Será?
Haya sido como haya sido, lo único que muestra Roberto Bautista es que no maneja uno de los valores más apreciados en la política y que más bien es pisoteado por este alcalde, y es el valor de la lealtad. Pues con tal de afianzar sus intereses personales, podría irse con cualquiera, sin importar color e ideología… y ya sabe usted, estimado lector, cómo se les llama a los que con tal de obtener algo, se suben a cualquier carro, en el pueblo de mi madre les dicen “oportunistas”, no vaya siendo que, de ganar la gobernatura un partido opositor, Bautista Arellano le sume otro color a su trayectoria con tal de buscar una diputación o peor aún, un gobierno de continuidad, aunque en ese caso, los tenanguenses podrían castigar con su voto el “chapulineo” de este esbirro político.
Asimismo, esto debe ser un aviso para todo aquel que se relacione con Bautista, pues ya es una característica de este alcalde, e incluso un rasgo de personalidad, el hecho de que, presumiblemente con tal de lograr sacar provecho, no distinga izquierdas ni derechas, ni proyectos políticos ni lealtades; solo utiliza el discurso de cada uno cuando de ganar votos y aprobación de la gente se trata. Y si sobre aviso no hay engaño, pues quién en su sano juicio va a querer apoyar a tan voluble personaje.
Osvaldo García