Dicen por ahí que “el que con lobos anda, a aullar se enseña”, esto quiere decir que cuando uno se junta con cierta gente, le aprende las mañas, cosa que aparentemente está pasando en el Ayuntamiento de Joquicingo, encabezado por el siempre sonriente “mayestro” Rausel Cervantes y es que lo que hoy le traemos ya suena a otra de las aparentes triquiñuelas de la actual administración.
Habrá usted de saber, amigo lector, que la Ley es muy clara cuando refiere que en el caso de los Gobiernos Municipales, la gente que ocupe los puestos de Tesorero, Secretario del Ayuntamiento, Director de Obras Públicas, entre otros, la persona designada debe cumplir cierto perfil, porque de no hacerlo, es como si pusiera usted a un carpintero, el trabajo de un contador o a un abogado a realizar el trabajo de un plomero. Y no es por menospreciar ninguna profesión u oficio, pero bien dicen que “zapatero a tu zapato”.
Pues bien, resulta que en Joquicingo, el Director de Obras públicas, firma los documentos del Ayuntamiento, ostentándose como “Ingeniero”, por lo que este medio de comunicación se dio a la tarea de realizar una investigación exhaustiva para saber si realmente cuenta con dicho título; lo gracioso es que, efectivamente, en el Registro Nacional de Profesionistas de la Secretaría de Educación Pública aparece un “Jesús Ubaldo López” pero no como Ingeniero Civil o Arquitecto, carreras que pide la Ley para desempeñar el cargo, sino como “Licenciado en Ingeniería en Sistemas Computacionales”, ¡Hágame usted el favor! Ahora una persona que desarrolla tareas de innovación y creación de nuevos softwares y sistemas operativos, le sabe a la construcción, a los materiales a presupuestar obras.
En este sentido, puede haber una explicación, quizá Jesús Ubaldo tenga un homónimo, es decir, alguien se llama igual que él y por eso aparece con otra profesión, lo que pondría peor la cosa porque esto quiere decir que ni titulado está y ya se anda poniendo el sombrero de “Ingeniero”, lo que lo haría caer en el delito de usurpación de profesión y las sanciones para esto sí que son graves, porque van desde multas monetarias e inhabilitación, hasta unas buenas vacaciones en el hotel sombrío de concreto, las rejas.
De una u otra manera, existe la duda, ¿Se tratará de un gran Fraude? Porque aparentemente, todo lo que toca Rausel Cervantes apunta para el mismo lado, el engaño y la estafa.
En una siguiente entrega, le hablaremos de otros que andan en las mismas y de una que otra legalidad que el Gobierno del “profesorcito” Rausel Cervantes se sigue pasando por el arco del triunfo.
Ariz Vega