El eslogan publicitario del gobierno del “mayestro” Rausel Cervantes es “Juntos cambiamos el rumbo”, pero desafortunadamente, en la política y en la vida no todos los cambios son para bien, pues algunos aseguran que el municipio está viendo un cambio, pero no precisamente para avanzar.
Esto se puede apreciar en las obras realizadas en el año 2021, las cuales llegaron a la suma de 24, más el saneamiento del basurero con 1 millón 200 mil pesos del recurso FEFOM especial y la compra de dos camiones para recolección de residuos. Mientras que este año, con la gestión del “mayestro”, el programa anual de obras solo contempla 20 obras.
Pero de esas 20, algunas no son por gestión de esta administración, sino que ya avanzadas o con recursos anteriores se están terminando para que Rauselito se pare el cuello como si fuera su gobierno el que las ideó.
Uno de los casos más claros es la construcción de las instalaciones de Protección Civil, a la que la pasada administración invirtió casi millón y medio de pesos y este año será terminada con una inversión de 500 mil pesos para que el “mayestro” salga en la foto como un logro de su gestión.
También pasa con la pavimentación de la calle Morelos en San Pedro Techuchulco, en la que el gobierno anterior invirtió 800 mil pesos y que recientemente Rausel inauguró como propia, al finalizarla con un presupuesto de 300 mil pesos.
Lo mismo con las calles de Galeana Sur y Norte, pavimentadas en la administración anterior, y solo Rausel le puso banquetas a Galeana Sur y aun así no tiene empacho en presumirla como una de las “grandes” obras de su gobierno.
Como se aprecia, las acciones más importantes ya venían del gobierno pasado, y aparentemente el presente alcalde no ha hecho más que colgarse de este trabajo, que no es otra cosa que “hacer caravana con sombrero ajeno”, pues ante la disminución de obras y la falta de transparencia en ellas, pues en este Semanario ya se ha expuesto que todas las obras en el programa anual son por adjudicación directa o invitación restringida y ninguna por licitación pública, lo que levanta muchas sospechas sobre posibles acuerdos y negocios turbulentos en el manejo de los recursos.
Por supuesto, la gente tiene memoria y por más que quiera llevarse todo el crédito por lo logrado en su gobierno, no debe creer que la gente no sabe quién verdaderamente trabajó y quién pregonaba el cambio y al final solo ha sido más de lo mismo.
Osvaldo García