Desde finales del año pasado y ante la aparente falta de inversión y de servicios públicos en su comunidad, habitantes de San Andrés Ocotlán se han organizado en asambleas para exigir, a través de sus delegados y de organización vecinal, mayor apoyo por parte del gobierno municipal, encabezado por Óscar Hernández Meza. Estas inconformidades dieron pie a que el pasado 6 de enero se organizara una asamblea en el centro, en la que se recopilaron las necesidades y propuestas necesarias para el desarrollo de su delegación.
Destacan entre las principales peticiones que se arregle “la calle Zaragoza Pte. y sus callejones, las cuales están en terracería y algunos hasta sin drenaje, varios callejones y cerradas de Hidalgo y Bravo también en terracería o en mal estado”. Asimismo, denunciaron la falta de “espacios recreativos culturales y deportivos, la necesidad de un verdadero centro de salud, una delegación digna, una casa para los adultos mayores, equipamiento en las escuelas”. Además de que hay “drenaje deficiente, problema de las aguas residuales de los fraccionamientos, problemas de inseguridad, falta de un proyecto de vialidad, alumbrado público deficiente y mucho más, por lo que queremos que ya el presidente municipal realmente destine recursos en beneficio de San Andrés”, así lo expresaron los representantes de la comunidad.
Por su parte, Óscar Hernández respondió con su acostumbrada presunta demagogia y desconocimiento de estas situaciones, dando la impresión de no saber de qué se trataba y diciendo que sí a todo y que poco a poco se iban a ir solventando estas peticiones. Se comprometió, firmando las peticiones, a trabajar para dar solución, aunque algunos aseguran que lo hizo de “dientes para afuera”, solo para calmar las aguas, ante un pueblo cansado de las malas administraciones y las promesas vanas.
El que llamó la atención fue el tesorero municipal, Alexis Garay, quien no solo se la pasó inmerso en el celular, si no que anduvo muy risueño, quizá le estaban mandando chistes o tenga una personalidad sumamente alegre; porque de otra manera sería una imperdonable falta de respeto y un evidente cinismo para los presentes el estarse riendo cuando fueron a solicitar el apoyo de sus autoridades.
Quizás las solicitudes le parezcan divertidas, tal vez porque con un sueldo de 70 mil pesotes brutos mensuales, pedir luminarias y drenaje digno sean para él, una nimiedad.
Se debe recalcar que las inconformidades y exigencias de los calimayenses de San Andrés Ocotlán son legítimas, pues basta ver el primer informe de gobierno de esta administración para constatar la falta de obras en comunidades, como en San Andrés Ocotlán, donde se realizó sólo una obra, y se trata de la “aplicación de pintura en Centro de Salud”. Pues cómo no van a estar molestos los vecinos, si en un año de gobierno solo consiguieron darle una manita de gato al Centro de Salud. Aquí está la prueba de que hay razones de sobra para exigir mayor inversión en la comunidad.
Al respecto, es difícil decidir cual burla es peor, que la única obra en la comunidad sea una pinta o que el tesorero presumiblemente se mofe enfrente de una asamblea popular.
Ojalá que las promesas del alcalde ahora sí se cumplan, y no vaya a ser como en sus campañas, pues como se lo hizo saber la población, ya no van a aguantar más “atole con el dedo”.
Osvaldo García