Sin obra pública

Comunidades de Calimaya en el abandono

San Andrés Ocotlán es una comunidad en la que sólo una obra de parte de su gobierno municipal pudo presumir en todo el año pasado. Como se expuso en el número anterior de este Semanario, la administración de Oscar Hernández Meza solamente llevó a cabo la “aplicación de pintura” al centro de salud de la comunidad, y ya, pare de contar, porque fue lo único se hizo en cuanto a “obras”.

Estas carencias provocaron el hartazgo de los vecinos y el mismo “Capulina” tuvo que ir a pararse frente a los vecinos en una asamblea popular. Al parecer la protesta ciudadana es la única forma en que el alcalde hace caso a los calimayenses, ya que ha sido la única comunidad donde el alcalde se ha comprometido a atender las necesidades, con firma y todo.

Sin embargo, San Andrés no es la única comunidad con la misma falta de inversión, pues si se revisa el primer informe de esta, su cuarta vez en la silla grande del municipio, se puede observar la carencia de obras en otras comunidades, pues al igual que Ocotlán, San Diego la Huerta y San Marcos de la Cruz solo tienen una obra. Mientras que en San Bartolito Tlaltelolco y Santa María Nativitas se realizaron dos en cada una, y en San Lorenzo Cuahutenco se realizaron cuatro.

Al igual que la “gran” pinta del centro de salud de Ocotlán, en San Diego lo que se presume no es una construcción, sino solo la “rehabilitación” de la unidad deportiva. Mismo caso que en San Marcos de la Cruz, donde únicamente se realizó la “remodelación” de su delegación. Y no es que estas obras no sean necesarias, pero sí deja mucho que desear en la atención a las múltiples necesidades que hay en las comunidades, como para que se diga que se ha realizado un buen trabajo desde el gobierno; alumbrados públicos, drenaje sanitario y pavimentaciones podrían ser de más ayuda para la gente que rehabilitar la delegación; porque muy bonita pero con calles para llorar.

A decir de los vecinos de Ocotlán, se esperaría cuando menos arreglar los baches. Y es más preocupante que no solo sea la falta de obras lo que los habitantes de las comunidades denuncien, sino también la deficiencia en los servicios públicos. Esto deja claro que se relega a ciertas partes del municipio en la distribución y aplicación del presupuesto. Esto en un municipio que contó con 71 millones 827 mil 448 pesos para inversión pública en 2022, según su presupuesto de egresos.

Con esta cifra y comparándola con lo que se hizo en comunidades, comienza a cobrar sentido la risa del tesorero Alexis Garay, pues parece que es una burla constante esta diferencia que hacen entre los habitantes de Calimaya.

Osvaldo García

 

 

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