Bonita cosa está sucediendo en Tenango del Valle donde ahora sí, el alcalde Roberto Bautista Arellano tendrá de qué quejarse cuando le falte dinerito y es que, al parecer, la nómina de seguridad pública ha aumentado.
Ahora resulta que servidores públicos como el director de Desarrollo Económico y Gobierno, Armando Díaz Miranda y el coordinador de Movilidad y Seguridad Vial, Mario Antonio Chicho Hernández ya hacen funciones de seguridad pública.
Vera usted, buscando hacerse escuchar, aparentemente algunos de vecinos inconformes con la demolición del frontón de “La Glorieta” en donde presumiblemente se construirá un banco, acudieron a la explanada de la cabecera municipal, donde se presentaría la precandidata a la gubernatura del Estado de México, la maestra Delfina Gómez, con la esperanza de hacerle llegar sus peticiones ya que buscaban tener oportunidad de acercarse a quien se dice, sí escucha a la ciudadanía.
Sin embargo, miembros del ayuntamiento, al más puro estilo de la era cavernícola, osaron no solo en reprimir a los presentes, sino que Armando Díaz Miranda se puso agresivo a tirar patadas. Así como lo lee, querido lector, este politiquillo soltó “puntapiés” en más de una ocasión.
Ni qué decir del famoso Chicho, quien se atrevió a someter a uno de los afectados como si se tratara de un delincuente, aunque se dice que eran miembros del Consejo de Participación Ciudadana, vecinos que son voz para hacer llegar a las autoridades sus peticiones, quejas y sugerencias, pero ¿Para qué quieren cuerpo de seguridad pública? Teniendo semejantes servidores públicos que frenan la libertad de cualquier ciudadano y toman el puesto de policías.
Aquí surge la interrogante sobre por qué se encontraban en un acto proselitista en horario laboral siendo parte del gobierno municipal actual, porque las acciones que estaban realizando eran todo menos sus funciones, porque ni Díaz Miranda estaba desarrollando ni difundiendo información sobre el sector productivo y económico de la entidad, ni Chicho Hernández supervisando el orden vial, es decir, no estaban desquitando sus 31 mil pesos brutos mensuales de salario.
¿Será que actuaron por decisión propia o con esa prepotencia y violencia se maneja la administración de Tenango del Valle? Los rumores apuntan a que posiblemente el alcalde los mandó a hacer la chambita sucia, que, como se ve en el video que circula en redes sociales, les sale muy natural eso de perder los estribos dejando al descubierto un evidente descontrol y exceso de ira.
Cabe destacar que el recientemente publicado Bando Municipal dicta que uno de los fines del Ayuntamiento y en este caso, de quienes lo integran, está difundir la práctica de los valores universales, ¿Cuáles valores? Incluso, hay arrestos de hasta 36 horas para quienes agredan físicamente a otra persona o incite y participe en riñas; créame usted que esas patadas no fueron caricias. Y, si a unos los sometieron y los patearon, ¿Qué sanción les espera a los servidores públicos involucrados?
Sin duda, tiene mucho sentido lo dicho por algunos de los presentes sobre los trabajadores del Ayuntamiento de Tenango del Valle y es que argumentan que apoyan a Morena por lo que significa, pero sus autoridades no los representan porque para ellos es una vergüenza que exista este tipo de gente dentro de su movimiento, “Son una mancha en la izquierda tenanguense”, refirieron.
Hasta el momento Roberto Bautista no se ha pronunciado sobre lo ocurrido, ojalá se encuentre pensando en las consecuencias que tendrán estos trabajadores; aunque los rumores dicen que anda más preocupado en placear a su esposa para buscar un “huesito” en el futuro ya que fue ella quien, a pesar de ser miembro honorario del Sistema DIF Municipal, presuntamente anda de “queda bien” con la maestra Delfina, no porque al famosísimo “Padrino Mágico” no le guste el reflector, sino porque dicen, estaba más que cantada la rechifla que se iba a llevar si se trepaba al templete por su presuntamente pésimo y cuestionable desempeño como presidente municipal sin dejar de mencionar que, estas situaciones, solo reflejan la falta de experiencia política de Roberto Bautista y sus secuaces.
Ariz Vega
