Muy apurado debe estar el alcalde Óscar Hernández Meza, quien en próximos días estará inaugurando el Festival del Mariachi, festividad de la que se ha presumido superará los 5 millones de pesos en su costo. Sin embargo, parece que esto de “echar la casa por la ventana” tiene sus consecuencias, pues en vísperas del magno evento, le han salido diversos “pendientes” en los que no ha cumplido con su palabra el alcalde.
Y es que, al parecer, la protesta y la denuncia pública son las únicas formas que escucha el alcalde, como si tuviera que esperar el hartazgo de la población, porque de otro modo “se hace de la vista gorda” para responderle a la ciudadanía.
Así lo confirman las exigencias en San Andrés Ocotlán por la falta de obras y servicios, y que Óscar Hernández tuvo que acudir a prometer que ya iba a cambiar y que ahora sí iba a cumplir. Mismo caso que las quejas hacia el ayuntamiento, sobre todo en cuestión de agua y drenaje en Zaragoza de Guadalupe; y cómo olvidar la interminable reparación de Paseo de las Yucas en Villas del Campo, en la que prácticamente meses estuvieron parados los trabajos hasta que habitantes amagaron con protestas y cierres de calles, o peor, con dejar de pagar agua y predial, y sólo así les hicieron caso.
Pero la lista de las urgencias que tiene el municipio no termina ahí y siguen saliendo nuevos casos de omisión y falta de compromiso para cumplir a la gente. Tal es el caso de vecinos de la colonia Las Torres, que recientemente denunciaron que no han terminado de pavimentar la calle Profesor José Vilchis, la cual luce “a medias” porque se realizó un tramo y aún no han terminado la otra mitad, así como la instalación debida de las líneas de drenaje.
Por supuesto, el alcalde conocido como el “Capulina” anda en estos momentos muy ocupado preparando su traje de mariachi como para hacer caso a las necesidades de los calimayenses, quienes no sólo reclaman en materia de obra pública, sino también en seguridad. Y es que se podrían enumerar las muchas necesidades que hay en el municipio, pero la constante entre los ciudadanos es la creciente inconformidad, pues los mismos vecinos de la calle mencionada expresaron: “¡Ya póngase a trabajar!, es increíble que tanto tiempo y no pueden terminar la calle. ¿Dónde está ese dinero que se supone es para arreglar aquí?”.
Esta última pregunta no tiene una respuesta debido a la falta de transparencia en la realización de obras y en las “invitaciones restringidas” de las empresas constructoras, porque no se sabe nada de contratos ni de cuándo deberían estar entregando las obras; otra constante en el gobierno de “Capulina”, sin embargo, si no se puede responder por ahora, sí se puede contrastar con el dispendio del Festival, pues como todo gobierno presuntuoso y al servicio de la vanidad de quien ocupa la silla grande del municipio, primero se ocupa del espectáculo y luego de sus obligaciones.
Osvaldo García