Como si se tratara de “taparle el ojo al macho”, el actual gobierno de Otzolotepec, encabezado por Erika Sevilla Alvarado, a través de la Dirección de Seguridad Pública; creyeron que una forma de “inhibir cualquier conducta delictiva y falta administrativa que dañen la integridad de la población” era con un operativo, el problema es que, aparentemente “aprovechando el viaje”, se juntaron con los de Desarrollo Económico para recaudar algunos fondos para eso que llamaron “regularizar negocios”, como si con eso se mitigara el incremento que ha habido en cuestión de seguridad pública, situación que ha mantenido al municipio en el ojo del huracán por los diversos delitos que se han suscitado en la entidad.
Llamar crisis de seguridad no es ninguna exageración, juzgue usted, estimado lector, que hay una serie de terribles hechos que, además de ser lamentables, se recrudecen dada la impunidad con que acontecieron, sin que a la fecha se pueda hablar de justicia para los involucrados.
Robos de autopartes, robo a casa habitación, asaltos a transeúntes, personas fallecidas encontradas en diversos parajes son solo algunas de las denuncias que día a día se incrementan en Otzolotepec y en la mayoría de los casos no han tenido solución.
Muy tarde para estas personas llegaron los operativos que dice implementar Erika Sevilla, pues como popularmente se dice “ahogado el niño, tapan el pozo”. Y eso si es que verdaderamente se reforzará la seguridad, o solamente, como se vio en el operativo pasado, será para que Desarrollo Económico haga aparentemente su agosto con los negocios locales. Hasta en hechos tan sensibles, como son estos relacionados con la seguridad en el municipio, se ve la ambición de la alcaldesa.
Cabe destacar que en ambos casos, destacó por su ausencia la Seguridad Pública municipal y lo más triste es que no hay elementos para comenzar a señalar a presuntos culpables, debido a la escasa y casi nula infraestructura de vigilancia y el patrullaje deficiente por parte de la corporación municipal, ya ve usted que al parecer las prioridades del gobierno municipal son otras; como destinar un cuantioso número de elementos (se habla de 50 uniformados) en custodiar una obra de drenaje en una calle en la que presuntamente viven varios familiares de la presidenta municipal, no fuera a ser que otros vecinos se incomodaran por dicha obra y se fueran a la yugular a la alcaldesa, todo esto en lugar de mitigar los problemas de inseguridad que azotan al municipio.
Osvaldo García
