Después de más de 4 años al frente de la presidencia municipal de Otzolotepec, queda más que claro que las administraciones de Erika Sevilla Alvarado han sido relevantes por muchas cosas, entre ellas, las múltiples manifestaciones que ha realizado la ciudadanía para reclamar la falta de atención a diversos sectores y en otros casos exigir que su gobierno se ponga a trabajar.
No resulta extraño que desde que Erika Sevilla se sentó en la silla presidencial, este tipo de manifestaciones han sido constantes, si desde 2019 aún no terminaba su primer año de gestión y ya acumulaba 3 marchas importantes, una por la aparente falta de pago de sueldos a los policías; estudiantes que pedían mejores caminos de acceso a sus instituciones educativas y hasta taxistas que llevaban 3 meses solicitando un espacio en la ajetreada agenda de la presidenta para ser atendidos.
En marzo de 2020 habitantes se plantaron en el palacio municipal por el descontento por la falta de servicio de agua potable y una más en el hospital de Santa María Tetitla, donde personal pedía, entre otras cosas, equipo de protección para combatir la situación derivada de la pandemia, ¿Y los millones que gastó en materiales? ¿Los litros y litros de gel antibacterial, los oxímetros y los cientos de tapetes sanitizantes?
Ese mismo año, en el mes de mayo, ciudadanos se presentaban por el despido del jefe de la policía municipal.
Para febrero de 2021, taxistas nuevamente acudían a exigir que sus peticiones y quejas fueran tomadas en cuenta y para marzo, era el sector deportivo el que presentaba sus inconformidades en el palacio municipal.
Este 2022 no se quedó atrás con el bloqueo de la Avenida Toluca, donde habitantes inconformes solicitaban que Erika Sevilla no impusiera a quien ella quisiera como autoridades auxiliares, sino que se respetara y se reconocieran los cargos de la elección de la gente.
De igual manera en marzo de ese mismo año, habitantes de Jilotzingo se manifestaban en la cabecera municipal para hacerle llegar sus inquietudes y exigencias a la edil, situación que se repitió un año más tarde, pues apenas van 3 meses del 2023 y habitantes de la misma comunidad se presentaron en la presidencia municipal para pedirle a Sevilla Alvarado la conclusión de obras y exigirle explicación sobre la contratación de servidores públicos originarios de otros municipios.
A esto hay que sumarle el descontento por creciente inseguridad que se vive en el municipio.
De poco sirven los ataques a través de perfiles falsos en redes sociales pretendiendo limpiar la imagen de la presidenta municipal de Otzolotepec y atacando a todo aquél que no comulgue, no celebre y no aplauda el actuar de la alcaldesa, si las acciones dicen más que mil palabras.
No es la primera vez y al parecer no será la última, en la que Erika Sevilla se ponga bajo el reflector y no precisamente por sus buenas acciones y decisiones sino porque no hay un solo año en el que la gente no vea en la necesidad de manifestarse para ver si así, algún servidor público se digna a escucharlos y darle solución a las quejas que cada día crecen más.
Ariz Vega