Si usted fuera dueño de un automóvil, ¿Lo prestaría para que otra persona la use por tiempo indefinido sin recibir nada a cambio?
Pues bien, al parecer en Tenango del Valle existen buenos samaritanos, aparentemente muy cercanos al alcalde Roberto Bautista que han decidido prestar sus vehículos para usarlos a contentillo de las necesidades y caprichos del presidente municipal.
En primera instancia hay que aclarar que el comodato es un contrato mediante el cual una persona cede el uso de una cosa de forma gratuita a otra persona, algo así como un préstamo.
Existen, por lo menos, dos contratos de comodato por concepto de camionetas, porque eso sí, hay que aclarar que retomando las aparentes pretensiones, ínfulas y presunciones por las que Bautista Arellano ha sido criticado, se nota que el edil no se sube a cualquier cosa, porque no se trata de un Tsuru o algo que comulgue con la austeridad que tanto pregona, sino que se trata de una Range Rover que, según lo establecido, es única y exclusivamente para el traslado del presidente por tiempo indefinido, con la única condición de darle mantenimiento, ponerle combustible, pagarle los impuestos, hacerle reparaciones y entregarla conservando la naturaleza y características del vehículo.
En el segundo contrato se presta una camioneta PILOT sin restricciones para el ayuntamiento, para traslado de personas o para entrega de documentación y material del área de recursos materiales en la Ciudad de Toluca, CDMX y zonas aledañas al municipio y aunque aquí también se establece el pago de lo mismo que la otra, este contrato es únicamente por un año.
Aquí lo raro es que, bajo estas estipulaciones de uso, no existe una cláusula en la que se defina lo que pueda suceder en caso de no ser entregadas como se recibieron, ya que dice que, si no se cumple con el mantenimiento y se entrega únicamente con el desgaste de uso, el sueño puede decidir ya no prestarlas; pero no dice nada sobre algún incidente o alguna reparación en caso de pérdida, robo o alguna desafortunada situación similar.
Y es que, en efecto, los gastos de mantenimiento son cubiertos con recursos del municipio, por lo que, para algunos mal pensados, la pregunta obligada sería, ¿si no son devueltas en óptimas condiciones, el dinero para reponerlas a él o los dueños, también saldría de los recursos públicos?
Sospechoso sería que, quien tuvo la desinteresada voluntad de prestar sus unidades fuera algún pariente, amigo o compadre del alcalde. Imagínese usted que, al final del trienio, resultara que por azar del destino alguna de estas carísimas camionetas sufriera un deterioro de tal magnitud que la administración pública tuviera que soltar billetes para devolverlas. 2 camionetas viejitas y maltratadas para el servicio público, pero 2 en mejores condiciones para quien tuvo la benevolencia de prestárselas al presidente municipal para usarlas.
Cabe destacar que, lamentablemente, no se sabe quién o quiénes son las personas de tan puro corazón, ya que, a través de los portales de transparencia del ayuntamiento, únicamente se han hecho públicas versiones censuradas de dichos contratos, donde no se sabe la identidad de estos buenos samaritanos que sin ningún conflicto de interés ni buscando un beneficio futuro han realizado tan buena obra.
Ariz Vega