Es muy claro que, para llevar a cabo una buena administración municipal, es necesario contar con servidores públicos que cumplan con las características necesarias para llevar a cabo sus funciones, es por esto que el Órgano Superior de Fiscalización del Estado de México, de acuerdo a las funciones que legalmente le fueron conferidas, determinó evaluar la competencia laboral de los servidores públicos adscritos a las diferentes áreas de los Ayuntamientos, verificando el cumplimiento a los artículos 32 fracción IV, 92 fracción IV, 96 fracción I, 96 Ter y 96 Quintus de la Ley Orgánica Municipal del Estado de México y el artículo 169 fracción IV del Código Financiero del Estado de México y Municipios.
Entre estos puestos que necesitan contar con un responsable que cumpla con ciertos requerimientos se encuentra el Tesorero Municipal y el director de Obras Públicas, personajes que, aparentemente en Texcalyacac están pasando por encima de la ley al no contar con cierto perfil.
Cabe destacar que, en principio de cuentas, para este ejercicio fiscal 2023, en el portal de transparencia IPOMEX, aparecen 2 personas con el puesto de “tesorero”, uno es Ramiro Gabriel Ramos Vargas y el otro Raúl Serrano Peralta; pero no se preocupe amigo lector, aún sin saber quién sí ostenta el cargo, el hecho está en que ninguno de estos dos funcionarios cuenta con la cédula profesional que acredite el título en áreas jurídicas, económicas o contables administrativas; además de que presumiblemente de los dos no se hace uno; imagínese usted que tener dos tesoreros y que la ciudadanía siga padeciendo por el cuestionable manejo de los recursos del municipio.
Misma situación sucede con el director de Obras Públicas, Lázaro Reyes “Murguía”, que para empezar a veces aparece en documentos del ayuntamiento como Murguía y en otras como Munguía; de una u otra forma, tampoco aparece en el Registro Nacional de Profesionistas por lo que al parecer no cuenta con un título que avale sus estudios profesionales en ingeniería, arquitectura o alguna área afín.
A esto habrá que sumarle la cantidad de documentación que seguramente pasa por las manos de estos personajes, imagínese usted desde contratos para establecer materiales de construcciones como pavimentaciones de calles, hasta las mismísimas nóminas del Ayuntamiento.
Peor aún, ¿Todos los documentos que pasan por estas áreas tendrán validez si son firmados por una persona que se ostenta como “Licenciado” sin contar con el título que lo acredite como tal? Esto sin contar el posible delito que se estaría cometiendo ya que, conforme a lo publicado en el Código Penal Federal; “Se sancionará con prisión de uno a seis años y multa de cien a trescientos días a quien, sin tener título profesional: se atribuya el carácter de profesionista, ofrezca públicamente sus servicios como profesionista o a quien use un título o autorización para ejercer alguna actividad profesional sin tener derecho a ello”.
Pero no todo es culpa de estos servidores públicos, pues hay que recordar que la alcaldesa de Texcalyacac, Xóchitl Maribel Ramírez Bermejo, adoptó un discurso de “experiencia” cuando estaba buscando la reelección, experiencia que no le ayudó a determinar que al contratar a personas sin el perfil adecuado se está incurriendo en una falta grave; a menos que, como dicen las malas lenguas, la presidenta municipal anda muy soberbia con eso de hacer de la administración pública municipal lo que su santa voluntad quiera y se esté pasando por el arco del triunfo cuanta ley se le interponga en el camino, eso para los ciudadanos de Texcalyacac no es más que un exceso de cinismo por parte de sus autoridades.
Ariz Vega