Este 24 de mayo, Ixtlahuaca rindió honores a la memoria del químico José Donaciano Morales y Mier Altamirano, a 173 años de su natalicio; destacado académico que con sus aportaciones puso al municipio en la estatura mundial del conocimiento.
Nació en Ixtlahuaca, estado de México, el día 24 de mayo de 1850 y fue bautizado allí dos días después, en la parroquia de San Francisco de Asís, con el nombre completo de Donaciano Francisco Juan Nepomuceno José María de Jesús de la Trinidad Morales y Mier Altamirano.
Fue hijo del licenciado Carlos Adrián Morales y Carreño y de la señora Josefa Mier y Altamirano Arroyo. El licenciado Carlos Adrián Morales y Carreño era originario de la ciudad de Soria, Castilla España, y doña Josefa Mier y Altamirano Arroyo, de Querétaro y fue hasta finales de la década de 1840 cuando dicho matrimonio se estableció en Ixtlahuaca, debido a que el licenciado Morales había sido comisionado para desempeñar un trabajo en esa población.
Propietario de la Hacienda de los Morales, ubicada en Polanco, Ciudad de México, y de la Hacienda de Ixtlahuaca, Estado de México, fue uno de los principales científicos de México y España, y amigo personal de Porfirio Diaz, era famoso por predecir el futuro.
Fue miembro de la Sociedad de Farmacia de París, de la Real Sociedad de Farmacia de Bruselas y de otras muchas. Su labor en el profesorado abarcó a dos generaciones enteras de médicos y farmacéuticos. Es decir, se estima que todos los que en esas profesiones recibieron títulos durante 45 años en la ciudad de México, fueron en algún momento sus discípulos y por lo tanto le profesaban profunda estimación y respeto. El profesor Morales fue regidor en el Ayuntamiento Metropolitano durante diez años consecutivos y representó a la Corporación Municipal en 1912, para la elección de funcionarios públicos en el gobierno del presidente Francisco I. Madero. Sus gestiones en esa corporación municipal fueron siempre en pro de la higiene pública.
Osvaldo García