Parece ser que las necesidades de los habitantes del municipio de Capulhuac han pasado a segundo término, pues el gobierno municipal que preside Casimiro Alvarado aparentemente ha decido durante estos dos años de gobierno velar más por los intereses de unos cuantos que por los del pueblo.
Vera usted, en 2022 el gobierno municipal autorizó en 2022 un presupuesto de 154 millones 312 mil 596 pesos, de los cuales 82 millones 623 mil 243 pesos fueron designados para servicios personales, es decir para el pago de nóminas, sueldos o salarios, como le guste decir; esto representa el 53. 54% de su presupuesto total y solamente designó 21 millones 640 mil 444 pesos para inversión pública ósea el dinerito para obra pública, lo que representa solo el 14.023% del presupuesto total, en pocas palabras se destinó más de la mitad de su presupuesto solamente para el pago de salarios.
Pero si usted pensaba que eso solo fue en el 2022 pues existe otra mala noticia ya que este año el gobierno municipal volvió hacer lo mismo, pues el monto presupuestado para este año 2023 es de 168 millones 295 mil 564 pesos, de los cuales 83 millones 218 mil 799 pesos serán designados para el pago de sueldos, lo que representa el 49% de su presupuesto total y únicamente se presupuestó la cantidad de 27 millones 987 mil 954 pesos para obra pública, lo que representa el 16.63% del presupuesto total, así que nuevamente el gobierno municipal designó más recursos para el pago de sueldos que para hacer obras en la demarcación que tanta falta hacen.
Y cómo se iba a invertir menos en nómina, si los sueldos de ciertos funcionarios son dignos del primer mundo, así no hay dinero que alcance para mejorar la infraestructura del municipio.
Como puede darse cuenta, los recursos públicos de Capulhuac se utilizan mayormente para el pago de sueldos de servidores públicos; el pueblo esperaría que dichos recursos se utilizaran en lo más, mejora de servicios públicos y construcción de obras, pero al parecer el gobierno municipal que encabeza Casimiro Alvarado tiene otras prioridades.
Lety Serrano