En repetidas ocasiones se ha expuesto en este semanario que son excesivos los gastos que hace la encumbrada presidenta Erika Sevilla en eventos, como su informe, bailes, ferias y demás frivolidades, que no estarían mal si se diera prioridad a necesidades apremiantes y que tienen que ver con las obligaciones del Ayuntamiento, como son los servicios públicos, porque por más que les cueste trabajo creerlo en el gobierno municipal, su función principal no es ser promotor de espectáculos.
Y más aún, si los supuestos logros que presume dejan mucho que desear y hasta le salen contraproducentes. Para dar ejemplo de esto, recientemente se anunció con bombo y platillo que gracias al Ayuntamiento de Otzolotepec se realizaron labores de desazolve en el drenaje de la comunidad de El Capulín, esto para evitar inundaciones. Todo muy bien hasta ahí, sin embargo, el mismo Ayuntamiento recalcó que “tras 33 años recibe atención el drenaje de El Capulín, gracias a Servicios Públicos de esta administración”.
Salta a la vista que ya 4 de esos 33 años los ha gobernado Erika Sevilla, así que andar pregonando que hasta ahora se le ha brindado atención a El Espino es un auténtico tiro en el pie. Desde que asumió la presidencia en 2019 y aun repitiendo en 2022, a la alcaldesa se le había olvidado esta comunidad. Y ahora que se acordaron de ella, pues no fue para hacer alguna obra, simplemente llevaron el camión y destaparon tuberías.
Otra de estas pifias, cuando la alcaldesa entregó lámparas led dijo que “si no hay una lámpara frente a su casa mínimo hay foco donde se cuente con iluminación. He caminado por otras comunidades y tener un foco encendido fuera de la casa aporta mucha seguridad”. Fíjese, muy inteligente la alcaldesa, en vez de destinar presupuesto para alumbrado público, pues mejor regalar focos, así se ahorra algunos millones con los cuales traer alguna banda y sacarse la foto y hasta bailar de cachetito con los cantantes, cosas por las que ha mostrado aparentemente más gusto y entusiasmo que gestionar por servicios públicos dignos para la gente.
Osvaldo García