Insensible

Presunto sacrificio de lomitos callejeros en Capulhuac  

En el Plan de Desarrollo Municipal de Capulhuac en el apartado de Mecanismos de Seguimiento y Evaluación, se programaron para el actual trienio, 144 campañas de recolección de perros que deambulan en vía pública, pero no se sabe si esto estos lomitos serán esterilizados y vacunados, así como lo marca la ley; pues una ciudadana denunció en redes sociales que los perros callejeros estaban siendo atrapados y aparentemente sacrificados de forma tortuosa en el municipio de Capulhuac.

De ser cierto esto, el Ayuntamiento de Capulhuac que dirige Casimiro Alvarado al parecer estaría tomando la solución más fácil al problema de la proliferación de perros callejeros, el sacrificio.

Pero además incurriría en un delito ya que en los Centros de Control Animal del Estado de México se ha suspendido el sacrificio de perros callejeros desde 2016, cuando en ese entonces el gobernador del Estado de México firmó un convenio donde se acordó que en estos centros quedaba prohibido el sacrificio de perros callejeros solamente en los casos de problemas de salud comprobados o cuestiones de agresividad también probados.

Es decir, que la función de estos es atrapar a los perros y trasladarlos a dicho centros, después esterilizarlos, vacunarlos y luego liberarlos en el espacio donde fueron recogidos. Cabe destacar que, en caso de ser requerido el sacrificio, se debe realizar mediante medicamentos barbitúricos y anestesiando al animal para evitar que sufra.

Además, en el marco de la celebración del Día Mundial del Hábitat y los animales, en 2012 se declaró al Estado de México una «Entidad amiga de los animales», razón por la cual se creó la Subprocuraduría de Protección a la Fauna, y desde entonces se han fortalecido las acciones para cuidarlos y evitar su maltrato en la entidad mexiquense por lo que, de resultar ciertas las denuncias realizadas en redes sociales, la actual administración de Capulhuac estaría pasándose por el arco del triunfo varias leyes, bajo prácticas insensibles y penadas.

Lety Serrano

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