Solo para su terruño

Distinción hasta en las reforestaciones de Joquicingo

Es prácticamente del dominio popular que hay una tendencia de parte del alcalde de Joquicingo, Rausel Cervantes de beneficiar nada más a la parte del municipio de la que es originario, San Pedro Techuchulco, lugar donde se concentra la mayor inversión para obras y donde una de sus primeras acciones como alcalde fue construir un tanque elevado para que no le faltara agua aparentemente a su familia, mientras que barrios de la cabecera batallan año con año para que les llegue.

Esta actitud, expuesta en innumerables ocasiones, no cambia ni porque el “mayestro” haya salido de un partido que en el nombre lleva su vocación, pero que este alcalde, al parecer, no le da el valor a esta afiliación política.

Y es que todo inició muy bien el domingo 16 de julio, con la primera jornada de reforestación del año, que como ya debe estar imaginando el lector, fue en Techuchulco, y donde el alcalde se presentó a sacarse la foto y plantar unos arbolitos, además de convivir con el personal del ayuntamiento al que presuntamente obligaron a asistir en día de descanso.

Sin ningún tipo de asesoría de parte de autoridades forestales, que en otros municipios guían a quienes harán el trabajo, por ejemplo, de Probosque, se plantaron los árboles como Dios les dio a entender al “mayestro” y compañía, para después tomarse un refresquito y un refrigerio cortesía presuntamente del ayuntamiento.

Todo muy bien hasta ahí, sin embargo, esta misma vocación ecologista no se replicó en las posteriores reforestaciones, la del sábado 29 de julio, en San Miguel Ocampo, y la del sábado 22 de julio en la cabecera, donde al parecer ya se le hizo mucho pararse temprano en fin de semana al “mayestro” y no acudió a ninguna, ya que aparentemente el alcalde sólo gobierna en Techuchulco. Eso sí, se dice que hizo ir “voluntariamente a fuerzas” a personal del ayuntamiento, quien, según testimonios, se quejó de que ni un garrafón de agua les fue dado para refrescarse del calor matinal.

Por el contrario, algunos vecinos voluntarios ofrecieron, especialmente a los niños, algo que llevarse a la boca, porque ahí sí, brilló por su ausencia no sólo Rausel, sino también la solidaridad del gobierno para con la gente que verdaderamente pone manos a la obra por recuperar los bosques del municipio.

Al parecer, lo verde y ecologista de Rausel sólo le alcanza para un fin de semana, y eso, si la reforestación está en su pueblo y cerca de su casa. Además de que habrá que ver si su tendencia regionalista y presumiblemente favoritista no sigue en aumento, ya que no sería extraño que, a este ritmo, quiera cambiar la cabecera municipal a un lado de su casa.

Osvaldo García

 

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