De acuerdo con datos del Índice de Información para la Evaluación Presupuestaria Municipal (IIEPM) realizado por Gobernova, el gobierno municipal de Texcalyacac, durante el ejercicio fiscal 2022, obtuvo una calificación apenas SUFICIENTE al reunir 65 puntos (de 100 posibles) en lo que se refiere a la calidad del gasto público, por lo que, en comparación con el año anterior, la evaluación indica que Texcalyacac va en retroceso.
Pero ¿qué es el gasto público de calidad? De acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), es el uso eficaz y eficiente de los recursos públicos, que permiten mejorar la calidad de vida de la población. Refleja una relación directa entre: el presupuesto asignado a un programa y el impacto real a los beneficiarios.
Resulta que, en 2021, cuando Xóchitl Ramírez, presidenta municipal de Texcalyacac, estaba muy ocupada con su campaña de reelección, el personal que se quedó al frente de la administración mientras ella buscaba estar otros 3 años en la silla, logró cumplir con 11 de los 12 criterios a evaluar; sin embargo para el 2022, al frente de un gobierno que, se supone que la alcaldesa ya debería conocer por la experiencia de haber sido presidenta desde 2019, Texcalyacac apenas y alcanzó la suficiencia en la evaluación obteniendo menos puntuación.
Este resultado probablemente solo sea un poco de lo que representa de la actual administración, de cómo se gasta el presupuesto, cómo se aplican los programas y lo más importante, del retroceso que significa para la población que confió en que Xóchitl Ramírez Bermejo iba a hacer las cosas bien al contar con una experiencia previa que, al parecer, de poco le ha servido al ciudadano de a pie que pocos resultados ve en su día a día.
Quizá la alcaldesa ya perdió el interés y después de su primer trienio, le es indiferente hacer las cosas como se debería.
Está claro que más presupuesto no significa necesariamente mejor gestión del gasto público, pero estos deplorables resultados sí estarían reflejando la calidad de gobierno y de cómo se ejecutan los programas y sobre todo, los recursos que se le asignan a la entidad.
Así mismo, ahí radica la importancia del cómo y dónde se destinan dichos recursos públicos, pues no solo son datos de particular interés para la población en general, sino que, además, la presumible mala administración ocasiona una afectación directa a los texcalyaquenses.
Las nuevas evaluaciones ya están en proceso, habrá que esperar a ver si el gobierno de Xóchitl Ramírez se aplica o continúa bajando la calidad de su trabajo.
Ariz Vega