El escozor que han causado en la ciudadanía las decisiones que su presidenta municipal, Xóchitl Maribel Ramírez Bermejo ha tomado en cuestión de obras públicas, continúa saliéndose de control y es que tan solo el encarpetado de la venida Michoacán no solo ha dejado tramos peligrosos para transeúntes o inconformidad por ser considerada una obra poco prioritaria en comparación con otros lugares que, a decir de la población, requieren pronta atención.
Dejando un lado el disgusto por esta situación, algunos inconformes recalcan que “por lo menos la hubiera hecho completa, no solo el pedazo que pasa frente a la cabecera y sirve para tomar sus fotos en los desfiles”, es decir, que la calle aparentemente se quedará “a medias”; peor aún, que mientras se realizan estos trabajos, las vías que se utilizan de manera alterna se encuentran en pésimas condiciones y temen que, por no ser parte de la imagen que Ramírez Bermejo quiere presumir, las dejará en el olvido.
Probablemente la solución para que la ciudadanía sepa sobre los planes que el actual gobierno municipal tiene para la entidad en cuestión de obras, sea saber cómo y en qué se invierte, pero lamentablemente si de algo no está dotada la administración de Xóchitl Ramírez, es de transparencia, no se saben a ciencia cierta los montos de inversión, ni siquiera qué obras están programadas. Bueno, para que usted se de una idea, en el portal de Información Pública de Oficio Mexiquense existe una leyenda que dice que, hasta el mes de mayo del 2023, aún no se tenían programadas obras para el municipio ya que por tiempos, para ese mes aún no se empezaban las licitaciones.
Y entonces, ¿Cómo han estado trabajando? ¿Con qué empresas? ¿Con qué montos? Quizá el programa anual de obras 2023 sea publicado para el 2024.