¿Esperan una desgracia?
Inundación afecta a tianguistas de Calimaya, gobierno ausente otra vez
A la manera de los dictadores de las repúblicas bananeras del siglo pasado, ésos que se aferraban al poder a toda costa y sin importarles las condiciones de vida de sus gobernados, Óscar Hernández Meza, -quien ya está en su cuarto periodo como parte del cabildo-, a estas alturas de su supuesta experiencia, ya debería saber que las cosas no se arreglan con sólo decirlo ni con prometerlo, ni con ponerlo en un papel.
Esto porque desde hace meses ha estado presumiendo la realización del nuevo Atlas de Riesgos de Calimaya, el cual, se supone que sirve para reunir información sobre “los fenómenos perturbadores a los que está expuesta una comunidad o su entorno”. Y que “su estructura está diseñada como una plataforma informática apoyada en sistemas de información geográfica y bases de datos”, que así es como lo maneja el Centro Nacional de Prevención y Desastres del gobierno federal.
En otras palabras, es un sistema informativo para identificar dónde puede haber fenómenos que pongan en peligro a la población, lo cual sirve para prevenir que desastres afectan a las personas. Por ello, como marca el Artículo 81 Ter de la Ley Orgánica Municipal: “cada Ayuntamiento constituirá un consejo municipal de protección civil que encabezará el presidente municipal”, el cual debe “identificar en un Atlas de Riesgos Municipal que deberá actualizarse permanentemente y publicarse en la Gaceta Municipal durante el primer año de gestión de cada ayuntamiento, sitios que por sus características específicas puedan ser escenarios de situaciones de emergencia, desastre o calamidad públicas”.
Aclarada esta obligación del ayuntamiento, de la cual es responsable el presidente municipal, y a sabiendas de que Calimaya cuenta con un nuevísimo y reluciente Atlas de Riesgos, recién hecho y publicado, cosa que no se hacía desde 2019, y que si se toma al pie de la letra la Ley, se tardaron cuatro años en actualizar. Bueno, dejando de lado la tardanza de actualizar el Atlas, se supone que ya se tendrían bien identificadas todas las zonas donde pudiera haber peligro para las personas, pero… no es así, y como ya se dijo antes, no es lo mismo ponerlo en un papel, que hacerlo de verdad.
Esta es la razón de que nuevamente se vuelve a presentar en el tianguis de Calimaya que las aguas se lleven la mercancía de los comerciantes y de que peligre la vida de quienes ahí laboran. Apenas el pasado 28 de julio, en este medio informativo se publicó esta situación y se expuso el testimonio de algunos afectados, quienes dijeron que no estuvo a tiempo Protección Civil para auxiliarlos, pero, esos sí, puntuales, Desarrollo Económico pasó por su cuota.
Lo mismo ocurrió el pasado jueves 31 de agosto con las lluvias que bajan de la parte alta, las calles se volvieron ríos, arrastrando frutas, ropa, estructuras y demás mercancías y enseres de los comerciantes, surgiendo la pregunta de ¿por qué no hay acciones de prevención? ¿no se sabe que esto pasa cada temporada de lluvias, y que en menos de un mes ha pasado dos veces? ¿Entonces de qué sirve que el alcalde presuma su nuevo Atlas de Riesgos si no va acompañado de acciones concretas de Protección Civil?
Volviendo al Atlas, la única calle en la cabecera que contempla como de riesgo por inundación es Barranca Los Ángeles, no contempla otras que también se inundan y llevan corriente, como Ignacio Zaragoza, donde se ubica el mercado de los jueves. Otra vez, el gobierno de Óscar destaca por su gran trabajo, que ni para identificar y mucho menos para resolver estas problemáticas o ¿van a esperar a que haya algún herido de gravedad para tomar medidas?