Ha quedado claro que el Ayuntamiento de Texcalyacac es reconocido por causar escozor entre la ciudadanía no solo por tener al mando a una presidenta que, a decir de la población, ha dejado mucho qué desear incluso siendo su segunda vez al mando de la municipalidad, sino por las cuestionables decisiones que se toman en cuanto al manejo de los recursos públicos.
Entre esos dineros se encuentra lo destinado a los salarios, casi 37 millones que, según su portal de transparencia de Información Pública de Oficio Mexiquense, no estarían siendo repartidos de forma clara.
En principio de cuentas, resulta una interrogante: porqué un puesto clave dentro de la administración como lo es el tesorero municipal, se encuentre con un sueldo mensual de 12 mil pesos brutos mensuales, es decir, mucho menos que cualquier jefe de área, director o coordinador de área, ¿será realmente ese su salario?
Peor aún que una misma persona aparezca dos veces con sueldos totalmente diferentes como sucede con el director de Desarrollo Económico, Alejandro Albarrán Cárdenas, quien por un lado aparece ganando 36 mil 84 pesos brutos mensuales y por otro, 16 mil 134 pesos brutos mensuales. Una diferencia de casi 20 mil pesos.
Imagínese usted que la realidad detrás de esto sea que este director se lleve ambos sueldos, se estaría hablando de más de 52 mil pesos, pero eso solo lo sabe él y la gente que lleva las cuentas, como el tesorero.
Se sabe que el municipio de Texcalyacac podrá tener algunas virtudes, pero eso de la transparencia definitivamente no entra en ellas, tal vez lo invertido en el sueldo de la jefa de transparencia, Victoria Alcántara, no ha sido suficiente para realizar la chamba como se debe.
Ojalá la intención no haya sido premeditada para confundir al ciudadano que, a pesar de tener el derecho de conocer los manejos de los recursos que llegan a su municipio, durante los últimos 4 años y medio, aparentemente no ha contado con un gobierno que cumpla con los principios que su mandataria prometió y con las cuales no ha cumplido.
Ariz Vega