El Instituto de Administración Pública del Estado de México (IAPEM) es el organismo de gobierno encargado de hacer los estudios necesarios para conocer el estado de la administración pública local, además de colaborar en el mejoramiento de las estructuras y procesos gubernamentales.
Recientemente, este instituto dio a conocer el estudio “Competitividad y Bienestar Social de los Municipios”, en el que se tomaron en cuenta 43 indicadores, divididos en 7 categorías, donde se revisaron rubros como: oportunidades de desarrollo económico, población económicamente rezagada, sociedad preparada y sana, crecimiento de la producción a mediano plazo, red carretera y comunicaciones, PBI, entre otros aspectos económicos y sociales de los municipios.
Según los resultados, se clasificó a los municipios en “muy alto”, “alto”, “medio”, “bajo”, y “muy bajo”, de acuerdo al puntaje del estudio. La gran mayoría se encuentra en un nivel “medio”, sin embargo, algunos municipios, comparados con la primera vez que se hizo el estudio en 2007, han aumentado notablemente su lugar en el ranking de competitividad, escalando lugares, como Lerma, que del décimo lugar, este 2023 ocupa el primero.
Pero hay otros municipios que en vez de subir, van hacia abajo. Tal es el caso de Joquicingo, que de ocupar el puesto 93 en 2007, este 2023, ocupa el puesto 97, retrocediendo 4 lugares en sus índices económicos y de competitividad.
Ante este escenario desalentador, surge el cuestionamiento de por qué si en Joquicingo es lugar de gente trabajadora y emprendedora en varias actividades económicas, que van desde la agricultura, ganadería, floricultura, comercio, etc., y aún así no mejoran las condiciones reales y de oportunidades para la población, como lo dice el estudio.
Por supuesto, esto no tiene que ver con los joquicinguenses, sino con la carencia de políticas públicas que desde el gobierno municipal fomenten el crecimiento económico. El actual presidente, Rausel Cervantes, a la manera de los políticos de siempre, prometió mucho en campaña, desde apoyos para el campo hasta internet gratis, y hoy, a casi dos años de gobierno, poco y nada se ha visto de apoyo a la producción agrícola, la atracción de inversión y tampoco la gestión en instancias gubernamentales.
“Juntos cambiamos el rumbo” es todavía el lema de este profesor venido a político, sin embargo, como lo demuestra el estudio gubernamental en cuestión, tal parece que el “rumbo” que está tomando el municipio con Rausel es en sentido contrario al progreso.
Osvaldo García