En un lejano 5 de febrero de 2021, el alcalde Oscar Hernández Meza, mejor conocido como “Capulina”, cortaba el listón de la nueva comisaría de seguridad pública en la calle de Prisciliano Díaz González, frente a la Plaza Estado de México y a unos metros de la escuela primaria “Rafael Ramírez”.
Con la grandilocuencia impostada de los políticos de antes, el alcalde expresó: “Hoy, con responsabilidad y sobre todo con gran compromiso hacemos entrega del edificio de lo que será la Comisaria de Seguridad Ciudadana, para seguir brindando el mejor de los servicios a la ciudadanía”. Después, hubo muchos aplausos de sus copartidarios, trabajadores y demás aplaudidores profesionales, tantos que parecía que hacer su trabajo era motivo de agradecimiento y no su deber.
A más de dos años de esta entrega, parece que nadie le avisó al alcalde ni a los aplaudidores que no basta con hacer un edificio, sino que más que la construcción, es la manera en cómo se organizan y se utilizan los medios para brindar seguridad pública.
Esto fue exhibido en semanas pasadas, cuando vecinos de Calimaya denunciaron y dieron a conocer fotos de las puertas forzadas del allanamiento de la escuela “Rafael Ramírez”, sí, esa que está cruzando la calle de la comisaría.
Según los vecinos, los ladrones se llevaron pantallas, computadoras y hasta equipo de cocina del comedor escolar. Vecinos, padres de familia y personal de la primaria, se dijeron tristes por este hecho delictivo, pero, sobre todo, sorprendidos e indignados de que con total libertad se pudiera dar el robo a unos metros de la comisaría. “Es el colmo” fue la reacción generalizada de los afectados.
Lejos de ser un hecho aislado, no es la única vez que sucede esto en el municipio, pues el mes pasado, en San Diego la Huerta, también se metieron a robar a la secundaria de la comunidad, del cual circuló en redes sociales este testimonio: “Es muy triste publicar esto, quizá porque ahora yo me encuentro en esta situación, o más bien mi mamá, llevando más de 25 años de servicio siendo docente en San Diego La Huerta, Calimaya, se metieron a robar a la secundaria donde ella labora, con dolor me dice «se llevaron lo poco que teníamos».
Por estos hechos, no hay detenidos ni tampoco declaraciones del alcalde o de su comisario de seguridad, que por lo menos digan que se pondrá más atención en la vigilancia de escuelas o apoyo para reponer algo del material robado. Ah, pero eso sí, el alcalde anda en Los Mochis, Sinaloa, “hermando” la ciudad, ¿no sería mejor que se “hermanara” más con su propio pueblo, y que atendiera temas tan delicados como la inseguridad?
Osvaldo García
