Pareciera que, al presidente municipal de Tenango del Valle, Roberto Bautista Arellano, pertenecer a la 4T le ha quedado grande y su discurso no es nada más que demagogia, de esa que sirve para ganar popularidad, pero siempre anteponiendo la propia ambición política.
Resulta que, dándole una hojeada a los tabuladores de sueldos 2022 y 2023; no solo hubo gente que este año está presupuestada con percepciones mayores a las del año pasado, en algunos casos de más de 200 mil pesos y hasta 265 mil en el caso del alcalde; sino que, dejando a un lado el lema del partido al que tanto dice amar, MORENA, se ha pasado por el arco del triunfo eso de la austeridad y primero los pobres.
Y es que miembros del ayuntamiento no solo no se vieron beneficiados con las gratificaciones mencionadas por este semanario en ediciones pasadas, las cuales, por cierto, fueron aparentemente designadas por el alcalde, sino que, además, varios de ellos se vieron afectados en sus ingresos pues recibirán menos dinero que el que percibieron en 2022.
En este sentido, el oficial mediador, por ejemplo, tuvo una reducción de casi 40 mil pesos para este año; pero al secretario técnico le quitaron más de 68 mil pesos al igual que al contralor; ¿Cuál será la lista de requisitos para que el alcalde te contemple dentro de sus jugosos apapachos monetarios?
Figuras como la del contralor ni siquiera lo dejó con las mismas remuneraciones, sino que fueron reducidas de forma considerable. En este caso específico, resulta extraño que el contralor que es quien se encarga de ejecutar auditorías en materia financiera, presupuestal, administrativa y hasta de obra pública para verificar la correcta aplicación de los recursos en estricto apego a la ley, no haya figurado entre los beneficiados, probablemente por las múltiples observaciones que incluso el OSFEM ha tenido a bien recalcar sobre las inconsistencias dentro de la actual administración.
Según el acta de cabildo número 52 de este 2023, la forma en la que se designa el aumento es a consideración del presidente municipal, según dijo por “el desempeño de las funciones”; sin embargo, resulta sumamente incongruente cuando las quejas sobre la aparente falta de trabajo, va en aumento al igual que la percepción de inseguridad, los presumibles gastos innecesarios y lo deplorable de las calles del municipio. Incluso hay quienes se cuestionan si realmente hay trabajo que justifique gratificaciones a los empleados del Ayuntamiento y si ese fuese el caso, ¿por qué tener entre sus filas a quienes no cumplen los objetivos? Suponiendo que con la misma vara se ha medido a quienes les ha quitado ingresos.
Para algunos, estas diferencias hechas entre empleados del Ayuntamiento se deben a las actitudes aparentemente elitistas con las que se conduce Roberto Bautista y que se ven reflejadas dentro de su gestión municipal, discriminando a varios por no ser parte de su círculo cercano de achichincles, mejor dicho, colaboradores, amigos o simplemente aquellos a los que conviene mantener a raya para que no le hagan ruido en las cuestionables decisiones que toma como alcalde.
Ariz Vega