A meses de que inicien formalmente las campañas para la elección de alcaldes del 2024, muchos personajes ya van que vuelan para querer posicionarse en las preferencias de la gente. En Calimaya no es distinto y quizá el más adelantado de todos es el tesorero Alexis Garay, quien lleva más de dos años haciéndose ver los eventos del ayuntamiento, y cómo olvidar cuando en plena veda electoral por la elección a gobernador se le vio haciendo “donaciones” supuestamente a título personal.
En reciente entrevista, como parte de su descarado (o desesperado) posicionamiento político, Alexis Garay se dijo muy seguro de que la coalición que ya va por los 6 años al frente de Calimaya, ganará también el próximo año: “Hoy te podría decir que quieren (los calimayenses) seguir por el rumbo que vamos (…) Hay un ambiente muy positivo en la ciudadanía de Calimaya, de aires buenos, aires que van a beneficiarnos a todos”, expresó el tesorero.
Pues parece que va viento en popa su pre-pre-pre-campaña, pero no se puede decir lo mismo del municipio. Apenas el 13 de noviembre pasado, la escuela secundaria “Rodolfo Sánchez García”, ubicada en las calles de Álvaro Obregón y Las Torres, fue robada, con lo cual se suma a las otras instituciones educativas saqueadas en los últimos meses: la escuela primaria “Rafael Ramírez” en septiembre y la secundaria de San Diego la Huerta en agosto.
De acuerdo con trabajadores de la escuela “Rodolfo Sánchez García”, los ladrones se llevaron equipo de cómputo y otros artículos, entre ellos, una alcancía que contenía dinero para apoyar al Teletón.
Y ya ni mencionar los varios robos de vehículos que ha habido en este mes, porque seguramente a esos calimayenses afectados no les parezca justo que se diga que “hay un ambiente muy positivo” o que hay “buenos aires”, lo que sea que quiera decir con eso el tesorero con su forma tan poco articulada de hablar.
Con estos hechos, decir que todo va bien en el municipio habla de una clase política desconectada con la realidad, una clase política surgida de la escuela que ha impuesto Óscar Hernández Meza en sus 4 periodos como alcalde, una forma de gobernar que está completamente volcada al lucimiento personal, las obras “emblemáticas” y decorativas, los costosos eventos y demás faramalla. Pero cuando se trata de seguridad pública, obras de infraestructura para evitar inundaciones, servicios públicos eficientes y demás necesidades… ahí es cuando “la marrana tuerce el rabo”, como se dice coloquialmente.
Mientras Óscar Hernández y sus ahijados políticos, como Alexis Garay, sigan en su Calimaya de ensueño, no habrá cambios reales en la seguridad y en el bienestar de los vecinos. Para muestra el mismo tesorero, quien en vez de desquitar el sueldito que se carga, anda más interesado en llegar a ser presidente, pero como dice el dicho: no por mucho madrugar amanece más temprano.
Osvaldo García