Como marca la Ley de Bienes del Estado de México y Municipios, hay dos tipos de bienes de dominio público, los de uso común y los destinados a un servicio público, así lo marca el Artículo 15: “Son bienes de uso común los que pueden ser aprovechados por los habitantes del Estado de México y de sus municipios, sin más limitaciones y restricciones que las establecidas por las leyes y los reglamentos administrativos”.
Mientras que la misma Ley, en su Artículo 17 dice: “Son bienes destinados a un servicio público, aquéllos que utilicen los poderes del Estado y los municipios para el desarrollo de sus actividades o los que de hecho se utilicen para la prestación de servicios públicos o actividades equiparables a ellos”. Y entre ellos están “los inmuebles que forman parte del patrimonio de los organismos auxiliares estatales o municipales, que se utilicen en las actividades que tengan encomendadas conforme a sus respectivos objetos”.
Es importante poner la cita textual y palabra por palabra estos artículos para que así se pueda justificar, literalmente, con la ley en la mano, algunas cosas que se le pasan, ya sea por ignorancia o por mala fe, a los funcionarios del Ayuntamiento de Otzolotepec, para quienes, al parecer, es muy limitado su conocimiento de las leyes que deben seguir como servidores públicos.
Esto viene a cuento porque en semanas pasadas se hizo la petición al Ayuntamiento para que les fuera entregado un juego de llaves de la delegación de Santa Ana Jilotzingo a sus respectivos delegados, ya que, según explicaron, la única persona con las llaves es una bibliotecaria que a veces va y otras no, por lo que es incómodo estarla buscando.
Pero no se trata de un capricho de los delegados de tener sus propias llaves para hacer uso de las instalaciones, que, como arriba se explicó, forman parte del dominio público y para dar un servicio público también. Ya que los delegados están realizando trámites para arreglar algunos asuntos con instancias del gobierno estatal relacionados con sus tierras.
Para ello, se está convocando a personas que quieran registrarse como comuneros para realizar esos trámites, por lo que se requiere de un espacio para reunir o recibir a las personas y que puedan entregar sus papeles o recibir la información.
De ahí la petición que se le hizo al Ayuntamiento de poder usar las instalaciones de la delegación, sin que éste se pusiera las pilas ni para sacar otro juego de llaves y que tanto delegados como comuneros brindaran un servicio para sus vecinos.
En este, como en otros asuntos, se puede observar que esta administración anda muy desubicada en cuanto a saber para quién está trabajando, pues aunque la presidenta Erika Sevilla parezca sentirse la reina del municipio, no se debe olvidar que el gobierno y los bienes públicos están para servir al pueblo, pues ahora resulta que hasta para hacer uso de la delegación hay que pedir permiso.
Osvaldo García