Hacer caravana con sombrero ajeno se dice en el argot popular cuando alguien se atribuye los méritos de algo que no hizo y se quiere llevar los aplausos por algo que no le costó. Esta práctica de muy mal gusto parece que ya se le hizo costumbre a Rausel Cervantes, quien, al parecer, a falta de obras o acciones propias de su gestión, ha tenido que colgarse de apoyos que vienen de otros órdenes de gobierno.
Es así como presuntamente sin pudor y sin vergüenza, el alcalde escribió en sus redes sociales: “Mi gobierno sigue cambiando el rumbo en beneficios de las familias joquicinguenses”, esto al compartir una publicación del DIF municipal en la que se agradece a la Mtra. Karina Labastida Sotelo, directora general del DIFEM, los apoyos funcionales que a través de esa dependencia estatal se entregaron en Joquicingo.
Parecía todo muy claro, el Sistema DIF estatal entregó ayudas funcionales, principalmente sillas de ruedas, a adultos mayores y discapacitados del municipio, ¿de dónde sacó Rausel que es gracias a su gobierno? Que su esposa, Josefina González se haya ido a sacar la foto con la funcionaria del gobierno de Delfina Gómez, es muy diferente a que ellos hayan sido los responsables de dar las ayudas.
Basta ver los documentos del propio DIF municipal para corroborar que esta dependencia gasta su presupuesto en el mantenimiento de su burocracia, o sea que todo lo que le llega al DIF municipal es para pagar a los que ahí trabajan. Así lo indica el Estado analítico del ejercicio del presupuesto de egresos, en su clasificación por objeto del gasto, en el que señala la cantidad de 5 millones 169 mil 685 pesos presupuestados en 2023, de los cuales, 4 millones 325 mil 723 pesos fueron programados para servicios personales, que como se dijo, se trata de la nómina de los que alcanzaron su hueso en esa dependencia.
Lo que no se va en los salarios, se va en “servicios generales”, que son los gastos para mantener funcionando el sistema DIF. Y ya lo que sobra de las sobras, está en “transferencias, asignaciones, subsidios y otras ayudas”, que se resumen en 11 mil 800 pesos de ayudas sociales.
Con ese basto presupuesto es de dudarse que alcance para medianamente hacer una entrega de apoyos como la que realizó el DIFEM, por lo que deja más al descubierto, por no decir más en ridículo, las pretensiones de Rausel Cervantes de hacer creer a la ciudadanía que gracias a su gobierno se consiguen esos apoyos. La recomendación, como a todos los que piensan que engañan su gente, es que busquen ganarse sus propias medallas y no anden colgándose de otras que no les pertenecen.
Osvaldo García