El Ayuntamiento de Joquicingo, bajo el “liderazgo” del alcalde Rausel Cervantes, sigue con los extraños y sospechosos manejos en materia financiera, al menos así lo revela la información presupuestal del manual para la planeación, programación y presupuesto municipal del 2023. Este documento arroja luz sobre las prioridades financieras de la administración, y poniendo en entredicho la adecuada asignación de recursos en un municipio de 15 mil 428 habitantes.
Según el informe presentado al Sistema de Coordinación Hacendaria, se destinaron 18 millones 613 mil 208 pesos a la Secretaría Particular del presidente por concepto de «relaciones públicas». Esta cifra, alarmantemente alta, es para dejar perplejos a los residentes, quienes se deben cuestionar la justificación de tal inversión en un municipio de tamaño modesto.
Mientras tanto, en una clara muestra de prioridades desequilibradas, la inversión en seguridad pública fue de apenas 7 millones 933 mil 221 pesos, destinados a «operación y vigilancia para la seguridad y prevención del delito». Esta discrepancia revela una falta de coherencia y responsabilidad en la gestión financiera del ayuntamiento, poniendo en entredicho las verdaderas intenciones detrás de sus decisiones presupuestarias.
La ausencia de transparencia en el destino de los fondos destinados a «relaciones públicas» suscita sospechas y demanda una explicación detallada por parte de las autoridades municipales. ¿Qué acciones concretas justifican semejante gasto? ¿Cómo beneficia esto directamente a los ciudadanos de Joquicingo?
Además, resulta preocupante la falta de claridad sobre por qué se priorizó la inversión en «relaciones públicas» sobre la seguridad ciudadana. En un entorno donde la prevención del delito y el bienestar de los habitantes deberían ser prioritarios, este desequilibrio financiero plantea serias dudas sobre las verdaderas intenciones y valores de la administración municipal.
En resumen, este desequilibrio presupuestario en el Ayuntamiento de Joquicingo pone de manifiesto la necesidad urgente de una mayor transparencia, responsabilidad y rendición de cuentas por parte de las autoridades locales. Los vecinos merecen una explicación clara y acciones concretas que demuestren un compromiso real con su seguridad y bienestar, algo que a Rausel hasta la fecha aparentemente no ha hecho.
Osvaldo García