De conformidad con lo estipulado por el artículo 21 de la Ley de Cultura Física y Deporte del Estado de México, resulta necesario crear un Instituto Municipal de Cultura Física y Deporte en los municipios, con personalidad jurídica y patrimonio propio, el cual, también debe ser propiamente fiscalizado ya que esta ley señala que se debe designar el 2% del total del presupuesto de egresos del Ayuntamiento.
Resulta que, como parte de las auditorías que realiza el Órgano Superior de Fiscalización del Estado de México cada año, el municipio de Texcalyacac, presidido por Xóchitl Ramírez Bermejo, no se pudo realizar dicha auditoría debido a que el IMCUFIDE no se encuentra operando como organismo descentralizado, a pesar de que se decretó la creación de este desde el 20 de julio de 2006.
Un Instituto Municipal de Cultura Física y Deporte (IMCUFIDE) es un Organismo Público Descentralizado encargado de impulsar la cultura física y el deporte buscando promover la salud física de todos los grupos y sectores sociales del municipio al que pertenecen.
Se encarga de planear, organizar y ejecutar programas y acciones necesarias para desarrollar la cultura del deporte con la finalidad de que la población alcance mayores niveles de bienestar a través del ejercicio y a su vez, una mejor calidad de vida que sirve también a la reinserción social además de impulsar el talento deportivo.
Probablemente para el actual gobierno municipal sea imprescindible utilizar sus recursos en otras prioridades, aun cuando el ámbito deportivo es de los que más apoyos ha pedido y que, al parecer, no han sido correctamente atendidos, tal y como se lo dimos a conocer en ediciones pasadas, cuando ciudadanos texcalyaquenses evidenciaron su malestar al haberse acercado a sus autoridades para pedir rehabilitaciones de canchas de basquetbol y les contestaron con un “ni que fueran profesionales”.
De nada sirve querer mitigar asuntos como la inseguridad si la inversión no se hace correctamente en un ámbito que sirve para impulsar programas de prevención de delitos y adicciones en niños y jóvenes, que, cuando quieren involucrarse son “bateados” por sus autoridades.
Cabe destacar que, en múltiples ocasiones, el Ayuntamiento ha hecho alarde de apoyos a ligas deportivas en conjunto con una Coordinación de Cultura Física Deporte y Juventud, la cual no está establecida como un organismo descentralizado por lo que, casualmente no puede ser fiscalizada por el OSFEM.
Ariz Vega