Un millón y medio de pesos para el festejo de Día de Reyes, 110 mil pesos para el festejo de la policía municipal, 250 mil pesos en una celebración de fin de año de los trabajadores del Ayuntamiento, 200 mil pesos en la promulgación del bando municipal son solo algunos de los gastos que, en ediciones pasadas le dimos a conocer.
Lo increíble es el presumible cinismo con el que la actual administración de Calimaya a cargo del alcalde, Óscar Hernández, invite a jóvenes a trabajar sin remuneración alguna, que aumente la inseguridad, que no se tomen en cuenta las necesidades prioritarias de la gente y que hasta se hagan declaraciones lamentables sobre que “si la gente quiere agua, que la compre”.
En este sentido y tomando en cuenta los gastos que suele hacer el gobierno municipal en turno, no es de sorprender que, en los resultados de la última auditoría realizada por el Órgano Superior de Fiscalización del Estado de México (OSFEM), en el apartado de la evolución que tuvo Calimaya del 2021 al 2022, la deuda pública municipal a corto plazo haya pasado de los 21 millones a 38 millones 744 mil pesos.
Es decir que, de un año a otro, Calimaya subió su deuda por más de 17 millones y medio de pesos y para muchos, las causas son claras. “No habrá para reparar fugas o para darnos seguridad o servicios de calidad, pero para festejos lo que no hay es vergüenza”, recalcó un vecino.
Ahí tiene usted lo sucedido durante la sesión de cabildo en la que se buscaba la aprobación del presupuesto de egresos para el ejercicio fiscal 2024, que, a decir de miembros del cabildo, presentaba omisiones e irregularidades por lo que fue rechazado, cuestionando la solicitud del alcalde de retirar la deuda del crédito presupuestado, así como la falta de claridad en cuanto a la necesidad de autorizar financiamiento adicional según el flujo de caja, lo que podría comprometer la estabilidad financiera del municipio y generar incertidumbre sobre su capacidad para cumplir con sus obligaciones financieras.
Así mismo, no deja de sorprender que los rumores vayan en aumento con la presunta imposición de Alexis Garay para ser futuro candidato a la presidencia municipal de Calimaya, pues si algo ha caracterizado a este “ahijado” de Óscar Hernández es el andar de espléndido haciendo regalos y repartiendo “apoyos” a la ciudadanía, eso sí, aparentemente mientras signifiquen para él y las conveniencias de su jefe, levantar su imagen pública y ganar adeptos; porque cuando se trata de reclamos por la falta de trabajo del gobierno municipal, se ríe de la ciudadanía en su cara.
Ariz Vega