La alcaldesa de Otzolotepec, Erika Sevilla Alvarado, no se iba a perder la oportunidad de aprovechar la licencia que obtuvo “cuestionablemente” para participar como candidata a diputada la cuál, por cierto, le quitaron porque no le pertenecía y es que, después de que le echaran para atrás sus planes de ser diputada, se perdió un par de días para después, regresar a hacer labor con su partido.
Cabe destacar que, durante la 70ª sesión extraordinaria de cabildo, se menciona que su licencia culmina el día de las elecciones, por lo que, a últimos días, anduvo muy paseada colgando lonas del candidato Higinio Martínez y acompañando a la candidata a diputada Claudia Sánchez; todo esto mientras dejó la presidencia municipal echa un caos.
Probablemente la edil con licencia no quiso desaprovechar su permiso de ausencia, todo esto mientras empieza la campaña de su ahijado Raymundo Olivares Alva, quien ya está palomeado como candidato a la presidencia municipal de Otzolotepec, pero que, dicho sea de paso, no es bien visto por la población pues se dice, quiere continuar con el legado de Sevilla Alvarado, ese de promover bailes, aunque las necesidades prioritarias del pueblo son aparentemente ignoradas.
Es importante recordar que Raymundo Olivares es acusado de “plagiar” una tesis de licenciatura, apropiándose de la idea para presentar su mayor éxito como director municipal de Educación, Cultura y Turismo; quien antes de ostentar tan importante cargo, era un profesor de nivel básico y del cuál existe duda sobre su profesionalismo al ni siquiera aparecer en el Padrón Nacional de Profesionistas de la Secretaría de Educación Pública, además de los múltiples escándalos en los que se ha visto inmerso.
En primera instancia, se dice que este personaje ha sido señalado por ser un “chapulín” en potencia, que, antes de presumir su amor por la 4T, era un priísta de hueso colorado; así mismo, fue denunciado ante el INE por hacer campaña apoyando a Erika Sevilla en su reelección mientras se encontraba en horario laboral. Cosa grave, los rumores sobre presuntas fiestas en instalaciones de casa de cultura acompañado de algunas amistades y de presumiblemente gastar varios miles en botellas de alcohol para agarrar fiesta constantemente, ganándose el mote de “Licenciado borrachales”.
Imagínese usted, si los rumores son ciertos y con un sueldo de Director alcanza para llevar una vida de “potentado” y hasta aparentemente invitar botellas de alto valor económico, ¿Qué será si llega a tener más poder?
Las energías que Sevilla Alvarado pensaba gastar en su campaña, ahora las enfoca en sus compañeros de partido y quizá próximamente en echarle porras a Olivares Alva, aunque con la fama que se carga de ser prepotente y grosero con la gente y de andarse “pirateando” trabajo ajeno, es difícil que levante la opinión de sus vecinos, si como dicen muchos, ni en su calle lo quieren.
Ariz Vega