Innumerables muestras de desprecio son las que ha recibido el alcalde con licencia de Tenango del Valle, Roberto Bautista, hoy candidato por reelección a la presidencia municipal.
Y aunque se ha cansado junto con su equipo de trabajo de echarle la culpa a los candidatos opositores, no hay con qué ayudarle; porque son los ciudadanos, autoridades auxiliares y hasta colaboradores, los que han salido a exponer las razones por las que Bautista Arellano no es bien recibido en las comunidades y se lo han restregado en la cara.
COPACIs que nunca fueron tomados en cuenta, a los que incluso se les llegó a ocultar información, delegados reclamando obras que “Betito Mágico” presumió en sus informes de gobierno que nunca hizo; precios excesivos en obras que en menos de un año ya necesitan reparación; otras tantas echas con materiales de dudosa calidad; acusaciones de índole sexual por parte de algunos achichincles suyos; directores de obra con actitudes aparentemente prepotente, con señalamientos por cobros indebidos, por querer recibir gratis algunos servicios y por defenderlo a tal punto de ser violentos y agresivos con el ciudadano tenanguense.
¿Será que el poder te puede cegar tanto como para sentirte intocable? Habrá que preguntárselo a su séquito de zalameros aduladores, sí, esos con los que agarra la parranda, según dicen, bastante seguido.
En fin, la lista es larga y mientras el “chapulín mayor” Roberto Bautista sigue queriendo ir por má$, los tenanguenses no tienen miramientos en exigir todo eso que les prometió la campaña pasada cuando estuvo respaldado por el PT para después voltear bandera.
Lo único que sí hay que reconocerle son “los tamaños” que tiene para regresar a pedirle el voto de confianza a la gente; algunos lo llaman “ser cínico”, pero como siempre, amigo lector, usted tiene la última palabra.
Bien dice el dicho que quien no conoce la historia está condenado a repetirla, pero los ciudadanos de Tenango del Valle tienen memoria, muy buena memoria.
Ariz Vega
