Parece que brincar de un partido a otro está de moda entre los políticos.
Estos personajes para algunos son considerados como traidores, pues cuando no consiguen lo que quieren o con tal de mantener un cargo saltan de un partido a otro. Son políticos sin ideología ni convicciones y para algunos son oportunistas.
Según analistas políticos el fenómeno del “chapulineo” ocurre en cada elección importante o al final del sexenio.
Este es el caso de Casimiro Alvarado, el cual días antes de la elección renunció al PRI y se fue a apoyar a un candidato por la diputación local de Morena, se presume que dicho cambio se debido a que el PRI no le dio la candidatura para la reelección.
Si ahora es de Morena su salto fue muy grande, pues salto de una ideología a otra, era de derecha y se pasó a la izquierda, ¿Usted cree que Casimiro Alvarado sea un político con una ideología clara y definida?
Ante esto, surgen otras interrogantes, ¿Será que el edil realmente quiso castigar al partido que lo llevó al poder?, ¿Será que Casimiro Alvarado busca protegerse, para que “no le saquen sus trapitos al sol” ?, ¿O presuntamente cambio de afiliación en busca de oportunidades personales, sin un compromiso firme con los ideales de Morena?, y por ello, optó por presuntamente cambiarse al partido que tenía más posibilidades de ganar, Morena.
Usted tiene la última opinión, pero todo parece indicar que la primer jugada realizada por el alcalde Casimiro Alvarado le salió bien, pues le aposto al partido ganador, Morena.
Lety Serrano