Después de haber sido acusado del presunto delito de violación por el cual se giró una orden de aprehensión; de haber desparecido durante meses con licencias aparentemente interminables, de ser detenido y vinculado a proceso junto con su hermana por el delito de extorsión por exigirle a cierto servidor público al que incluso se le amenazó exigiéndole entre otros caprichitos, el pago de 5 millones de pesos; es una insolencia que Diego “N” tenga intenciones de seguir manejando la actual administración de Tianguistenco.
Y es que, recordará usted que bajo la sospecha de un presumible “encubrimiento”, los servidores públicos de Tianguistenco fueron “investigados” por haber permitido, probablemente por ignorancia o mero cinismo, que Diego “N” continuara haciendo de las suyas tras bambalinas, exigiendo no solo la renovación de sus licencias para ausentarse, sino que su esposa y el director de obras continuaran en sus puestos más cantidades exorbitantes de dinero, lo que resultó en una denuncia por extorsión por parte de un servidor público.
Pues bien, haciendo uso de la actitud “servil” del resto del cabildo, pareciera que, efectivamente, en Tianguistenco se pretendía seguir gobernando bajo el manto de Diego “N”, caminando por el tétrico camino de la ilegalidad, pues se dice que, una vez que Marco Abasolo dejó a un lado su figura como alcalde, al parecer, la instrucción era que el 6to regidor, Alejandro Alvirde, se quedara como Presidente Municipal por Ministerio de Ley.
Aquí la interrogante es ¿se pueden dar órdenes desde el sitio donde Diego “N” se encuentra detenido? Porque según lo que marca la ley, en específico el Artículo 38 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, dicta que los derechos políticos y civiles se suspenden por estar “Prófugo de la justicia, desde que se dicte la orden de aprehensión hasta que prescriba la acción penal o por estar sujeto a un proceso criminal que merezca pena corporal”, y Diego “N” tuvo una orden de aprehensión desde hace meses, además de que hoy se encuentra vinculado a proceso por el presunto delito de extorsión y en espera de lo que se dictamine por el de violación; entonces, este “mirrey” tianguistencano ya no cuenta con las facultades para andar queriendo dar órdenes desde el lugar donde está, o por lo menos eso se cree.
Cabe destacar que, al parecer, el sexto regidor, al parecer de extracción verde, no se quiso meter en camisa de once varas como muchos otros “paleros” de “el niño maravilla” y aparentemente “rechazó” las órdenes de Diego “N”; por lo que, se rumora, al cabildo no le quedó de otra que hacer las cosas por la derecha, convocando a una votación en la que, democráticamente se eligió al que fungía como 7mo regidor Enrique Guzmán Torres.
Muchas anomalías se han suscitado, muchos dimes y diretes, pero, a fin de cuentas, hoy en día los únicos que tienen el mando son las autoridades pertinentes y el pueblo; no hay más; por mucho que Diego “N” encabezara en su momento lo que, a perspectiva ciudadana, significa la peor administración que haya tenido Tianguistenco.
Ariz Vega