En ediciones pasadas le hemos dado a conocer las presuntas inconsistencias existentes en el manejo de los recursos dentro de la actual administración de Lerma encabezada por Miguel Ángel Ramírez Ponce, empezando porque su esposa, Marisol Mote, se encuentra cobrando salario en un puesto honorífico, así como las discrepancias entre los sueldos de varios servidores públicos, cuestionando si ese merecimiento es tomando en cuenta sus habilidades o simplemente por la “cercanía con el alcalde”. En este sentido, se presenta un cuestionamiento más.
Resulta que de acuerdo con el presupuesto de egresos 2023 presentado mediante sesión de cabildo, para ese año se presupuestaron más de 1 mil 75 millones 152 mil pesos de los cuales se estarían destinando 340 millones 264 mil 679 pesos para servicios personales, es decir para sueldos y salarios; mientras que, para inversión pública, destinaron 410 millones 902 mil pesos. El problema es el significativo cambio que presenta el presupuesto de egresos de 2024; que en este año es de 1 mil 167 millones 369 mil pesos, de los cuales están destinados 394 millones 256 mil 933 pesos, es decir un aproximado de 50 millones de pesos más.
Lo que llama la atención no solo es lo ostentoso del aumento de recurso para las nóminas, sino que, para este 2024, la inversión pública bajó, pasando a 325 millones 322 mil 697 pesos; imagínese usted que mientras la nómina aparece con 50 mdp más, la obra pública tiene destinado 325 millones 322 mil 697 pesos; es decir 85 millones y medio de pesos menos.
No está por demás decir que resultan impresionantes las cifras que maneja Lerma en cuanto a dinero, pero que se haya reducido la inversión pública en más de 85 millones resulta sumamente cuestionable si se considera el aumento en los salarios con 50 millones, sobre todo cuando se ha acusado al alcalde y su séquito de “ayudantes” de presuntamente haber utilizado recursos del municipio para “financiar” la reelección del edil, ya ve usted que su esposa Marisol Mote hablaba de “regalitos” y demás “apoyos” otorgados a la ciudadanía lermense que tuviera a bien proporcionar su confianza mediante el voto al alcalde además de que claro, esta presidenta del DIF se encuentra cobrando un sueldo en un puesto honorífico, pasándose por el arco del triunfo lo que marca la Ley.
Esperemos que el Órgano Superior de Fiscalización o la mismísima contraloría no hagan efectivo el resarcitorio de ciertas sumas de dinero, pero, a decir verdad, con la reelección de Miguel Ángel Ramírez Ponce, podrían tener la oportunidad de enderezar el barco durante 3 años más, aunque las apuestas van hacia un futuro más caótico para Lerma.
Ariz Vega