De acuerdo con el informe de seguimiento del programa anual de obras 2024, el gobierno municipal de Texcalyacac que preside Xóchitl Ramírez Bermejo autorizó la cantidad de 3 millones 500 mil pesos para la rehabilitación de la plaza cívica.
Sin embargo, a ojos de la ciudadanía, esta remodelación es un derroche de dinero, además es una completa decepción, pues la plaza aparentemente permanece en las mismas condiciones, lo que levanta serias dudas sobre el destino de estos fondos.
La plaza, que supuestamente debía ser renovada con nuevas mejoras para el asombro de todos los habitantes, no presenta cambios notables. Tras este hecho surge una pregunta, ¿si está obra no se hace regresarán a las arcas municipales los 3 millones 500 mil pesos que ya se habían presupuestado? o ¿Será una obra fantasma?
Las autoridades municipales podrían encontrarse bajo presión para tratar de justificar el uso de los recursos públicos y restaurar la confianza en sus gestiones. La presunta falta de transparencia y la aparente inexistencia de mejoras visibles en la plaza cívica representan una vergüenza para una ciudadanía que demanda honestidad y eficiencia en el manejo de los fondos públicos.
La inversión en la plaza cívica puede generar un debate sobre la transparencia y la eficacia de los proyectos públicos. Mientras tanto, la rehabilitación de plaza sigue siendo, para muchos, un recordatorio de que la gestión de los recursos públicos debe estar siempre bajo el ojo del ciudadano.
En este sentido, resulta insultante para el grueso de la población que se destine tanto dinero para una obra considerada innecesaria antes de poner atención prioritaria a los problemas que realmente aquejan a la ciudadanía texcalyaquense.
Uriel Rosales