Posible comerciante desalojado de forma arbitraria por “dar mala imagen”

En un polémico acto que ha desatado la indignación de los comerciantes y de gran parte de la comunidad de Texcalyacac, la presidenta municipal, Xóchitl Maribel Ramírez Bermejo, aparentemente ordenó el retiro de un comerciante que operaba alrededor del kiosco de la plaza principal, que dizque por “dar una mala imagen”.

El comerciante local que solamente está por la temporada cada año señaló que ya le habían dado permiso, pero denunció haber sido obligado a abandonar su puesto tras recibir presiones directas de la administración municipal. Según su testimonio, funcionarios locales lo acusaron de “dar mala imagen” al lugar y le advirtieron que, de no retirarse voluntariamente, la presidenta municipal enviaría a personal de servicios públicos para desalojarlo casi a la fuerza. Esta clase de “desalojo” es un acto arbitrario y un abuso de poder impulsado por la presidenta municipal.

La razón no oficial para esta medida sería la supuesta mala imagen que da el kiosco a la plaza central, una explicación que el comerciante y toda la comunidad consideran absurda. ¿Desde cuándo un trabajador que vende productos locales y trata de ganarse la vida dignamente da mala imagen? La presidenta municipal dice que quiere mejorar la imagen del municipio, pero ¿cómo? ¿echando a la gente que trabaja y mantiene viva la plaza?

¿Acaso los intereses personales están por encima de las necesidades de quienes trabajan día a día en esta plaza? Al parecer se les está quitando espacios que siempre han sido parte del tejido social de este municipio.

La ciudadanía cuestiona si esta acción de “limpieza” responde verdaderamente a mejorar la imagen del municipio o si obedece a intereses particulares, asimismo, manifestaron su descontento y acusaron a la presidenta de querer “embellecer” el centro a costa del sustento de quienes lo habitan.

La supuesta insistencia en remover a comerciantes bajo la excusa de dar mala imagen es vista por muchos como un intento de modificar la apariencia de la zona para proyectos o intereses que no necesariamente están alineados con el bienestar general de la comunidad.

Vecinos y transeúntes que suelen frecuentar la plaza expresaron su apoyo al comerciante y su desacuerdo con las decisiones de la presidenta. “Ella debería de estar buscando soluciones para los problemas reales del municipio, no intimidando a los comerciantes. No es posible que en lugar de ayudar a la gente que trabaja día a día en el centro de nuestra comunidad, quiera removerlos sin siquiera darles alternativas y si es que las hay, las dan en condiciones deplorables”, comentó un habitante.

Ante esta controversia, es espera que la presidenta municipal rinda cuentas y reconsidere su postura antes de que este conflicto escale aún más y termine afectando su relación con la comunidad. La exigencia de justicia para la comerciante continua, los ciudadanos piden que la presidenta se abstenga de usar su poder para intimidar a los trabajadores locales y que rectifique su política de represión hacia los comerciantes de la plaza.

 

 

Uriel Rosales

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