La comunidad de Joquicingo se encuentra alarmada y molesta debido a una serie de deslaves en la carretera principal que conecta esta región con zonas vecinas. Después de las lluvias intensas que azotaron la región en los últimos días provocaron el reblandecimiento de la tierra, generando al menos más de dos deslaves significativos. Sorprendentemente, las autoridades del Ayuntamiento de Joquicingo no se presentaron para atender la situación, tuvieron que pasar 12 horas desde los primeros reportes ciudadanos para que asistieran de acuerdo con los lugareños.
En un video grabado por un conductor afectado se puede observar cómo los escombros bloquean gran parte de la carretera, a medida que la emergencia crecía, la respuesta del gobierno municipal siguió siendo lenta. La tarde avanzó y la primera maquinaria llegó al sitio cuando ya eran pasadas las 5 de la tarde.
Sin embargo, al revisar el gasto por categoría programática del municipio, se detectó que el rubro de desastres naturales no hay asignación alguna para la atención de este tipo de eventos, lo que ha encendido aún más las críticas por parte de la comunidad.
El documento oficial refleja que el Ayuntamiento que preside Rausel Cervantes destinó cero pesos del presupuesto anual para la prevención y manejo de desastres. Esta falta de fondos específicos para emergencias ha puesto en evidencia una carencia de planificación en cuanto a la protección de los habitantes y la infraestructura pública.
El malestar de la ciudadanía se ha manifestado de diversas maneras. En redes sociales, muchos exigieron respuestas a las autoridades, argumentando que los impuestos pagados deberían servir para mejorar las condiciones de las vías de acceso y para mantener un sistema de respuesta rápido ante emergencias.
Este evento ha dejado en claro la urgencia de contar con recursos y planificación en el municipio para atender catástrofes naturales, ya que la región enfrenta anualmente la temporada de lluvias con deslizamientos de tierra recurrentes. Mientras tanto, los habitantes esperan que las autoridades tomen medidas contundentes para evitar que una situación similar vuelva a dejarlos en una posición de riesgo, sin ayuda y en el olvido.
Los deslaves y la falta de acción del Ayuntamiento de Joquicingo son un recordatorio alarmante de la desatención que sufren tantas comunidades. Mientras los ciudadanos enfrentan los efectos de los deslaves y el abandono la pregunta es inevitable: ¿qué tan costoso debe ser un desastre para que el Ayuntamiento se digne a actuar?
Uriel Rosales