Deuda de decenas de millones, advertencias sobre la operatividad del DIF municipal, observaciones del Órgano Superior de Fiscalización del Estado de México por la aparente falta de transparencia, innumerables denuncias ciudadanas por la perspectiva de falta de atención a necesidades prioritarias como la inseguridad, el alumbrado público o el deplorable estado de las vialidades; sin dejar de contar la actitud con la que aparentemente se conducen ciertos servidores públicos que la ciudadanía considera como déspota, grosera, presuntuosa, avariciosa y hasta soberbia es lo que ha envuelto a la actual administración de Malinalco.
Entre todas estas presuntas irregularidades, se encuentra el destino que se le da a los recursos que llegan de diversos programas estatales y federales al municipio, que por cierto, han sido muy cuestionados por algunos regidores al no saber si ya se implementaron o si ya se han invertido como debería; recordando que, en la edición pasada de este semanario, le dimos a conocer que son casi 600 millones los que se han presupuestado para Malinalco en estos 3 años de gestión en los que Juan Leonardez de la mano de Yasmín Juárez, han estado al frente del gobierno municipal.
En este sentido, habrá que recordar que cuando el alcalde de Malinalco ha sido cuestionado sobre el destino de ciertos recursos, sus respuestas son vagas, carentes de sentido o simplemente ignora lo que se le cuestiona; sin embargo, en estos días, se vuelve a hacer ruido en el ayuntamiento con la cuestión de los dineros.
Resulta que, el pasado 19 de noviembre, Juan Leonardez convocó a una sesión de cabildo “extraordinaria” en la que, en el video publicado en redes sociales, se puede observar la prisa con la que se conduce el edil, propone la modificación del acuerdo en el que se autoriza la distribución de los recursos del Fondo de Aportaciones para el Fortalecimiento de los Municipios y Demarcaciones Territoriales del Distrito Federal, la cual se aprobó desde el 28 de febrero de 2024.
En esta aprobación destaca la adquisición de un camión tipo pluma para el área de Servicios Públicos con un costo de $1 millón 800 mil pesos, pero según la exposición de motivos, esta adquisición no se ajusta a los objetivos del programa por lo que lo van a cambiar por la compra de otra ambulancia.
El alcalde fue cuestionado sobre el porqué, a un mes y medio de terminar su administración, se continúan haciendo modificaciones en la distribución de los recursos si desde febrero estaba aprobado; además de que, mediante oficio como tanto lo ha pedido el alcalde, se le preguntó cómo iban esos procedimiento y él contestó que ya estaba resuelto el asunto.
Cabe destacar que, nuevamente, el presidente municipal contestó de forma elocuente como suele hacerlo; diciendo que “así está tesorería trabajando y así fue como se resolvió”; fíjese usted nada más, así trabaja la tesorería, esa misma que fue advertida de que, si no otorgaba los recursos necesarios al DIF, sería expuesta ante la contraloría del Estado, esa misma que ha sido observada por el OSFEM por la presunta falta de transparencia, esa misma de la que debieron salir los más de 40 millones que se tenían de deuda durante el primer trimestre del actual ejercicio fiscal y que vaya usted a saber si ya pagaron.
La que se ha mantenido muy calladita durante las sesiones de cabildo es la síndico municipal, Yasmín Juárez, probablemente porque desde hace varias semanas la página oficial y redes sociales del Ayuntamiento han dejado de funcionar y ahora quienes exponen las sesiones son los regidores, pue son ha hecho uso de su palabra para dar su informe semanal; lo que sí ha hecho es dar declaraciones sobre lo que se gasta en “ayudar” a tanta y tanta y tanta gente de su municipio, misma gente que, por cierto, no le tuvo la confianza para elegirla como próxima alcaldesa y a la que le presume todo lo que invierte “de su bolsa” sin pedirle un centavo al ayuntamiento para apoyar a la ciudadanía de Malinalco, eso sí, con la aclaración por delante de que no lo hace por sobresalir o por que le guste la atención, sino que, según ella, “habemos gente a la que nos gusta servir, no por recibir nada a cambio. Son nuestras ganas de ayudar”; no pues si por ganas no paramos; mucha gente tiene toda la intención, pero son ciudadanos que no tienen sueldos de más de 70 mil pesos mensuales y que no solo ganan el mínimo para irla sobrellevando día a día, sino que, además, tienen que lidiar con el pésimo estado en el que se encuentran los servicios de su municipio, el deplorable estado de sus calles y sus luminarias y la creciente inseguridad que impera en la entidad; ahí está la diferencia.
Ariz Vega