Servicios de salud en la calle: negligencia y desinterés en la administración municipal

En un acto que raya en la negligencia administrativa, vecinos de la delegación Coapanoaya, se han mostrado indignados al constatar que personal brinda servicios de salud en plena vía pública, mientras que el salón comunitario, construido precisamente para atender estas necesidades, permaneces inexplicablemente cerrado.
Personal de salud improviso colocando su equipo médico en una banqueta en plena calle, exponiendo tanto al personal como a los pacientes a las inclemencias del clima y el polvo. Lo más grave es que a un paso de este “consultorio callejero” se encuentra un salón cerrado apto para brindar atención digna o que por lo menos pueda llevarse a cabo este tipo de servicios.
Es una burla que teniendo un espacio grande se ha optado por montar esta atención afuera como si se estuviera en los años 50s. ¿Para qué se construyó ese salón entonces?
El salón, financiado con recursos públicos y entregado para los ciudadanos, ha permanecido cerrado sin ninguna explicación oficial. Mientras tanto, la administración municipal encabezada por Nancy Valdez no ha dado respuesta alguna ante los cuestionamientos. Tampoco se ha presentado autoridad alguna a supervisar las condiciones en que se están prestando estos servicios a la población.
La situación ha sido documentada en fotografía que circula en redes sociales, provocando una ola de críticas contra la administración municipal. A través de ellas, ciudadanos exigen una explicación urgente, mientras cuestionan el destino de los recursos asignados para infraestructura comunitaria y servicios públicos.
Además de la evidente falta de planeación, lo que indigna aún más es el deprecio por la dignidad de los habitantes; no están pidiendo lujos, solo que usen lo que ya este hecho. Esto no es pobreza, es desinterés.
La ciudadanía exige respuestas. El salón está ahí, los recursos están ahí. Lo que falta, una vez más, es voluntad.
Uriel Rosales
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