¿Obras solo para los cuates?
En este Semanario hemos expuesto cómo el ayuntamiento de Calimaya funciona a la manera de un presumible cacicazgo, donde el presidente municipal, Óscar Hernández Meza, y su grupo de fieles aduladores, controlan cada aspecto de la administración, de los que posiblemente estén beneficiándose entre ellos para no soltar el hueso.
Otro ejemplo de ello es la opacidad y aparente conveniencia con que se realizan las obras para el municipio, pues tenemos que el Programa Anual de Obras 2022, las 36 obras que se enlistan están dadas por “invitación restringida”, esto quiere decir que no es de una manera pública como muchos esperarían, sino que el mismo Ayuntamiento elige a 3 empresas y las “invita” a presentar sus proyectos para ver quién finalmente realizará la obra.
En contraste, en una licitación pública se lanza una convocatoria y cualquier empresa constructora que cumpla con los requisitos legales puede presentar su proyecto, pudiendo el gobierno dar un dictamen público y así elegir cuál es la que mejor se adecúa a la obra, viendo los costos y los tiempos. Esto permite que, al haber competencia, las empresas se esfuercen por presentar un proyecto más viable económicamente para el municipio y de mejor calidad. Además de que, al ser de carácter público, el Ayuntamiento debe justificar su decisión, fomentando la transparencia y la igualdad de condiciones para los licitadores.
Pero para el conocido “Capulina” de Calimaya, pareciera que este tipo de procedimientos no existen, pues este año no hay ni una sola licitación pública en su programa, y es que todo indica que él ya tiene sus empresas consentidas y sólo a ellas se les invita a participar, como si se tratara de un “club” exclusivo de empresas. Por supuesto, esto se presta a la especulación y la sospecha, pues hablamos de millones de pesos en cada obra.
Si atendemos a lo que nos dice la experiencia y la historia de la política local, ha sucedido en muchas administraciones municipales que este tipo de favoritismos no se deben a que las empresas consentidas sean muy buenas y confiables, sino que este tipo de prácticas son favores por aportar en la campaña o de plano los funcionarios involucrados se llevan un “moche” por favorecer a tal o cual empresa, el ya conocido “diezmo”. Lo que ha devenido también en que estos tratos en lo oscurito vengan en detrimento de la calidad de las obras, pues lógicamente, si la empresa quiere ganar y también quieren ganar los funcionarios, pues de dónde van a sacar esas ganancias sino de reducir la cantidad de material empleado p bajarle a la calidad, ya ve usted que luego por eso en menos de un año algunas calles ya se están acabando.
Bien dice el dicho: “piensa mal y acertarás”. Pues qué conveniente manera de realizar obras en el municipio, dando mucho espacio a que los ciudadanos piensen que en Calimaya ya se tienen a los “elegidos” por oscuros intereses.
Todo esto después de que Hernández Meza se congratulara de la transparencia que hay en su gobierno, ahora falta que transparente quiénes son esas empresas que ha favorecido con las invitaciones restringidas y sobre todo, bajo qué leyes se va a amparar para tomar esa decisión, pues luego les da por decir que es decisión tomada debido a una emergencia sanitaria o sandeces del estilo; porque para hablar, cualquiera, y para cumplir y ser consecuente… bueno, para eso le falta mucho a “Capulina” y compañía.
Osvaldo García