O renuncias por las buenas o renuncias por las malas
Su majestad Erika Sevilla sigue haciendo de las suyas en Otzolotepec
Se ha hablado mucho de las presuntas instigaciones que han sufrido expolicías de Otzolotepec para orillarlos a renunciar, ya que han denunciado que, por no ser del agrado de los altos mandos de la corporación, se les cambiaba el turno, se les hacían descuentos a su nómina, se les inventaban cosas para sacarlos mediante el comité de honor y justicia y otras aparentes malas prácticas para hacerles hostil el trabajo y obligarlos a abandonar la fuerza.
Sin embargo, este despotismo no sólo se ve en la seguridad, sino que es aparentemente aplicado desde lo más alto de la administración, poniendo el ejemplo la mismísima presidenta Erika Sevilla, quien más que presidenta, al parecer se comporta como monarca absoluta, obligando a renunciar, a capricho, hasta a sus mismos directores, casi casi, al grito de “¡córtenle la cabeza!”.
Así le ha pasado a más de uno en lo que va de administración, el caso más reciente es el de Iván Erik López Enríquez, quien se desempeñaba al frente de la Dirección de Gobierno, y que se rumora, fue orillado a dejar su puesto por capricho presidencial.
Como lo expuso la alcaldesa en la sesión de cabildo extraordinaria No. 52, dijo la monarca: “Se están haciendo algunos cambios de algunas direcciones de encargados, porque queremos fortalecer algunas áreas que no están funcionando como deberían”.
Ese fue el pretexto para pedirle a Iván López que dejara su cargo y que se reportara como juez cívico, a lo que él respondió que la orden “no se ajusta a mis necesidades laborales, ya que el sueldo no es el mismo”.
Al ser cuestionada la alcaldesa sobre si López ya presentó su renuncia, Sevilla Alvarado respondió que: “Yo le solicito que cambie su adscripción, y si él no acepta, entonces él tiene que presentar su renuncia, porque no está aceptando”.
Así, con estas palabras se puede dar cuenta qué tipo de gobierno encabeza Otzolotepec, pues o se hace lo que ella dice o los corre, sin importar que bajar arbitrariamente el sueldo a un trabajador es ilegal, de acuerdo con el Artículo 51 de la Ley Federal del Trabajo, la cual señala que puede renunciar bajo el esquema de despido injustificado.
Aplicando el clásico de “si no estás conmigo, estás contra mí”, la presunta tirana en turno definió al director como “una persona que no quiere estar en el Ayuntamiento”, simplemente por no dejarse bajar el sueldo a capricho.
Asimismo, Sevilla Alvarado argumentó que no importa que no haya renuncia formal para separarse del puesto, ya que, según ella, “es un tema donde entra el jurídico y el abogado”. Casi diciendo que la del poder es ella y no le espanta las implicaciones legales que hacer su santa voluntad pueda conllevar.
Nada más hay que recordar que su glorioso departamento jurídico ha doblado las manitas en casos como los límites territoriales y muchos juicios que ha perdido Gregorio Pichardo Rosas, el flamante director jurídico, así que no sería de extrañar que luego tengan que pagar los laudos vencidos a trabajadores que aparentemente han sido botados por capricho de “su majestad”.
Osvaldo García