Un agradecimiento muy “rosa”, una felicitación a los miembros de su planilla que serán parte de la siguiente administración y una promesa de “seguir trabajando” desde la sindicatura con “resultados”, es lo que le quedó a Catalina Yasmín Juárez Medrán al verse oficialmente perdedora en las pasadas elecciones.
Y es que no es secreto para nadie que la síndico municipal ya se hacía con el triunfo, sobre todo porque la actitud de presidenta municipal ya la traía desde que Leonardez ocupó el poder.
Dicen las malas lenguas que para la excandidata del verde fue un shock no haber salido favorecida en las urnas incluso cuando se dice que aparentemente utilizó artimañas por demás cuestionables como apoyos de la sindicatura, recursos públicos, utilizar la desgracia ocurrida en Joquicingo con los peregrinos para “presentar propuestas” y hasta un video llorando porque tiene “esperanza” de que a Malinalco le vaya bien.
Sí, amigo lector, salieron lágrimas de sus ojos en un video acompañado de un texto que decía más o menos así: “como ser humano cuento con la sensibilidad y empatía que se necesita para atender a los más vulnerables”. ¿Empatía? ¿Sensibilidad? Por el respeto mejor ni preguntar, porque mientras ella se limpiaba las lágrimas hablando de que “las cosas se hagan bien” salían a la luz videos de ciudadanos que argumentaron estar siendo víctimas de presuntos despojos de terrenos y hasta un video donde le dice “burra” a una de sus colaboradoras del cabildo.
Al parecer no le sirvió de mucho que anticipadamente hubiera varias bardas pintadas con su eslogan, “yasabesquién”, porque se le olvidó que las bardas y las lonas no votan; pero los que sí votan son los ciudadanos, esos a los que dicen, no ha tratado muy bien siendo síndico, esos a los que presuntamente ha llamado “burros”, “huarachudos”, “ignorantes” y que, dicen, se han sentido discriminados por la excandidata del verde, sus simpatizantes y hasta su familia.
Y aunque Catalina Yasmín ya salió a dar las gracias adornadas con palabras bonitas, se rumora que anda bastante encanijada y que esa promesa de “trabajar” desde la sindicatura, a puerta cerrada más bien fue una presunta “amenaza” de ponerle el pie a la gente que no la apoyó, algunos incluso aseguran que juró venganza, ¿se habrá atrevido a tanto?
Ya se verá si realmente le interesa el servicio público o salen a la luz más acusaciones sobre cómo trata a la ciudadanía sobre todo ahora que no ganó la presidencia municipal que tanto anhelaba.
Ariz Vega