Bien es sabido que si con algo ha lidiado el cabildo de Tenango del Valle es con la falta de atención que ciertos servidores, bastante allegados al presidente municipal, Roberto Bautista Arellano, han mostrado a la hora de darles información sobre los tejes y manejes de la administración pública municipal.
Como el tan trillado caso del director de Obras Públicas, Jaime García Araujo quien a pesar de haber sido señalado en múltiples ocasiones y hasta haber exigido su renuncia; continúa sin tomar en cuenta como aparentemente debería de ser, a los miembros del cabildo para ciertas decisiones que se han tomado en cuestión de obra pública.
Ahí tiene usted que, en la última sesión de cabildo (al cierre de esta edición), se presentó el punto en el que se pretendía el análisis, discusión y en su caso aprobación de la modificación, reconducción y actualización del programa anual de obra; es decir, quieren cambiar obras que ya estaban aprobadas.
Según Bautista Arellano, la comunicación es directa con el pueblo, decidiendo bajo sus propias necesidades qué obra se hace y cuál no; y por supuesto que la premisa de “el pueblo manda” es correcta pues a fin de cuentas, así debería ser siempre, el problema viene cuando, en primer lugar, se dice que se valió de esta “pura y genuina” benevolencia para “convencer” a la gente de apoyarlo en su reelección y en segunda, dichas necesidades claro que se toman en consideración pero es el cabildo quien debe ponerlas sobre la mesa, siempre tomando en cuenta, por ejemplo, a las autoridades auxiliares; sí, como esas que han denunciado ser ignoradas por el gobierno de Bautista en múltiples ocasiones desde el inicio de su administración.
Entonces, ¿toma o no toma en cuenta al pueblo? ¿Será solo cuando necesita votos? Lo que sí es verdad es que, si bien la voz del pueblo debe ser escuchada, también es verdad que no es de contentillo eso de hacer obras, a menos que sea una famosa calle en la que se encuentra un conocido consultorio, probablemente esa petición sí fue hecha a puerta cerrada y, en ese caso, ya sabrá usted si acude al ayuntamiento con su lista como sui fuera navidad, al fin de cuentas pareciera que la sobras están de oferta, ¡Ahora es cuando!
Turbio es que, además, Roberto Bautista diga que incluso antes de presentar las obras al cabildo y de que sean aprobadas, las comienzan a hacer, que porque hay que “ganarle tiempo al tiempo” y tener un “avance” y ¿si no lo autorizan? Eso sí, luego sale como en Zictepec o Atlatlahuca, que hay obras paradas por semanas que no tienen para cuándo. Quizá en esos casos se le olvida escuchar al pueblo.
Ariz Vega