No es nuevo para nadie que, desde que Roberto Bautista se coronó como presidente municipal de Tenango del Valle, una de las principales demandas de la ciudadanía ha sido la falta de atención al deplorable estado de las calles de la entidad tanto en la cabecera municipal como en sus diversas comunidades, y es que, si bien se han querido “lavarse las manos” echándole la bolita a la Junta de Caminos del Estado de México, existen calles y reparaciones que no son responsabilidad de este organismo sino es el gobierno municipal quien tiene la obligación de solucionar estas problemáticas.
No hace falta ir muy lejos para darse cuenta de las condiciones en las que se encuentran las calles del municipio, por el contrario, nada más a un par de cuadras de distancia de donde se “desarrollan” obras millonarias como la “rehabilitación” de la Glorieta, los automóviles y los ciudadanos sufren las consecuencias de no contar con calles en condiciones mínimamente decentes.
Peor aún es que, derivado de algunas acciones de reparaciones a los sistemas de drenaje, alcantarillado o agua potable, las calles que han sido abiertas por el mismísimo gobierno municipal quedan en un estado intransitable, provocando encharcamientos y multiplicando los ya de por sí, innumerables baches.
Cabe destacar que, incluso, se han realizado denuncias ciudadanos sobre el presunto tiradero que dejan los encargados de estos trabajos, pues se dice que dejan los escombros y residuos a orilla de las calles, lo que sin duda, representa un foco rojo no solo por la imagen urbana del municipio, sino porque este tipo de desechos como reproducción de fauna nociva y un considerable punto de infecciones y contaminación, además de que, las reparaciones en cuestión, al parecer no son terminadas con los cuidados pertinentes, dejando las calles en peores condiciones de las que ya existían.
Es una lástima que taxistas, así como vehículos de transporte público y privado, no reciban remuneraciones como las que ganan ciertos servidores públicos como para poder reparar sus autos en caso de daños por el fatal estado de las calles; peor aún que, cuando se decide alzar la voz, se mitiga con la presunción de acciones en muchos casos irrelevantes para los vecinos, aparentemente minimizando la problemática.
Ha usted de recordar, amigo lector, que desde el primer año de gestión del llamado “Padrino Mágico” Roberto Bautista Arellano, el reclamo por las condiciones de las calles fue una constante que, hasta la fecha, no ha cesado y que, al parecer, los festejos y las “acciones” que resalten con una buena foto en las redes sociales, es mucho más importante que darle atención a la infraestructura vial del municipio.
Es importante recalcar que, anteriormente, por lo menos se contaba con el apoyo del cabildo, ese que alzaba la voz y pedía cuentas claras sobre cómo se manejaban los recursos, que se decían inconformes con las ostentosas inversiones señalando que había prioridades que debían ser atendidas de forma primaria; esos que desde hace algunas semanas parecen estar de acuerdo con todas las decisiones del alcalde. Se rumora que esta presunta tibieza podría deberse a que se acerca el final del trienio y a que quizá, el bono de fin de administración sea bastante formidable como para olvidar que son servidores públicos hasta el 31 de diciembre de 2024 y que, las prioridades del ciudadano deben ser atendidas por encima de un festejo o actividades recreativas.
Mientras los tenanguenses se hacen a la idea de otros 3 años de gobierno de Bautista Arellano para el siguiente trienio, ese donde se vislumbra un cabildo “a modo” para presumible beneficio de los ostentosos planes de “trabajo” del alcalde en el que, al parecer, se intensificarán las quejas sobre los excesivos gastos y la presunta ausencia de resultados, hoy, queda claro que, gracias al gobierno local, al municipio se le ha bautizado como Tenango del “Bache”, pues si hay algo que sobra ahí, son baches.
Ariz Vega