Apenas en la edición pasada expusimos en este Semanario cómo el Ayuntamiento de Calimaya, en vez de aprovechar los cabildos abiertos como un ejercicio de democracia participativa, aparentemente no han hecho más que el ridículo. En el primero de ellos donde ningún ciudadano asistió por la falta de difusión en su convocatoria, y el segundo, donde sólo lo ocuparon, al parecer, para adular al alcalde Óscar Hernández Meza. Desperdiciando estos espacios donde la población por derecho puede y debe participar y hacer oír su voz ante quienes toman las decisiones en el municipio.
En este contexto, la semana pasada se llevó a cabo la primera sesión del Cabildo Juvenil, espacio donde cuatro jóvenes calimayenses tuvieron la oportunidad de presentarse ante los ediles para exponer sus propuestas e inquietudes respecto a su gobierno. Cabe mencionar que las cuatro participaciones fueron de gran valía y los asistentes mostraron un genuino interés por su municipio, mediante propuestas claras y concisas sobre temas relevantes en sus comunidades.
Por esta parte, da tranquilidad que existan jóvenes en la entidad que muestren su preparación y valía, demostrando también que Calimaya está lleno de gente trabajadora e inteligente. Sin embargo, por el otro lado, esto contrasta con la clase de gobierno que tienen, el cual, como se mostró en este cabildo, no están a la altura de sus ciudadanos.
Si fuera un concurso de intervenciones estólidas, definitivamente lo ganaría el primer regidor, Erick Munguía, quien contestó la intervención de la primera señorita participante, la cual discurría sobre una propuesta de un fondo municipal para apoyo a emprendimientos, propuesta, cabe decir, bien articulada y justificada. A lo que el regidor Munguía, famoso por ser uno de los más fieles aduladores del alcalde y quien a la menor provocación acostumbra a salir en defensa de su amo cual lebrel amaestrado siempre con un dejo de despotismo y altanería, contestó con una monserga de pseudo superación personal, que como dicen los jóvenes, “ni al caso” con la propuesta de la joven universitaria, tirando verborrea cual “Cantinflas”, esperando no ofender al actor.
Esta misma actitud fue replicada por el presidente municipal conocido por la población como “Capulina” y su síndica, quienes se limitaron a felicitar a los jóvenes y a dar respuestas vagas sobre sus intervenciones, mismas que fueron concisas, pues propusieron, como ya mencionamos, los apoyos a emprendedores, ampliación de espacios y talleres culturales y deportivos, además de la rehabilitación de las canchas ya existentes y la creación de otras; no obteniendo retroalimentación concisa sino discursos al vapor sacados de una bolsa de papitas; algunos dicen que ni siquiera entendieron de qué les estaban hablando.
Cabe destacar que en ningún momento los integrantes del cabildo se comprometieron a llevar a cabo estas acciones o tampoco a explicar por qué no podrían ser viables en esta administración, incluso el alcalde sugirió a una participante que se pusiera en contacto con asociaciones civiles que apoyan estas causas, ¡como si no estuviera el gobierno para ello! Como es su costumbre, Óscar Hernández se limitó a auto adularse por los “grandes” logros de su gobierno, ignorando las valiosas propuestas de los jóvenes. Otra vez un cabildo donde la ciudadanía pudo participar y que lamentablemente fracasó porque los asistentes solo fueron a que les dieran “el avión”.
Osvaldo García